A nivel estético se caracteriza por espacios casi vacíos, por ausencia de decoraciones superfluas y en el que las grietas y las imperfecciones de las paredes y los muebles son incluso bienvenidas. Es una decoración que se aleja totalmente de las tendencias y, por tanto, es mucho más duradera.
Apunta alguna de sus peculiaridades, si desea decora tu salón con un estilo wabi sabi.
Al estilo wabi sabi le encanta la simplicidad y la sencillez. Huye de las estridencias. Por tanto, sus tonalidades se decantan hacia los tonos neutros, que perduren en el tiempo y no destaquen en demasía. Así que apuesta por paredes blancas, de tonos beige o grises en sus tonalidades más claras.
Unas paredes que si tienen grietas, mejor que mejor, porque ello denotará el paso del tiempo en tu vivienda y su perdurabilidad. Tampoco descartes los desconchamientos o las arrugas creadas al enlucir las paredes. Esas imperfecciones son precisamente las que dan carácter al estilo wabi sabi, y por ende, a tu decoración.
Es un estilo al que le encanta la naturaleza y eso se transmite en la elección de los materiales utilizados. La madera y las fibras naturales han de estar sí o sí en la decoración de tu salón. Con muebles de madera robustos, estanterías de madera desechada o con accesorios de fibras naturales, como el yute o el ratán en lámparas, cestas o macetas.
Porque para decorar tu salón con un estilo wabi sabi también deberás incorporar alguna que otra planta. No hace falta que sea muy frondosa u ornamentada. Buscamos simplicidad, así que una planta sencilla es lo ideal.
El wabi sabi venera las cosas auténticas, alejadas de las producciones en serie que tiene todo el mundo. Prefiere pocas piezas, pero que sean únicas. De ahí que uno de sus imprescindibles sea la incorporación de piezas de artesanía, hechas a mano, en las que no hay dos piezas iguales e incluso pueden contar con algunas imperfecciones.
Así que en tu salón no olvides añadir algún jarrón de barro o terracota hecho a mano para incorporarlo en algún rincón o en alguna estantería.
La decoración no puede ser muy ostentosa, ni recargada. Aquí impera el menos es más. Por lo que las paredes es preferible dejarlas totalmente desnudas. De ahí la importancia de darle textura con su acabado. Aunque ese acabado no sea totalmente liso.
Al igual que los materiales, al decorar tu salón con textiles debes pensar en cosas naturales, como el algodón, el lino o la lana, de aspecto suave. Y a poder ser de colores inspirados en la naturaleza. Esos ocres, colores tierra, verdes suaves o terracota son ideales para conseguir ambientes cálidos y acogedores en tu salón. Añádelos en cojines, en cortinas de lino o en sofás de tapicería desenfundable. Eso que parece medio arrugados y mal colocados. Al wabi sabi le gustan las arrugas. Así que olvídate de poner los textiles perfectamente planchados.
Aunque parezca una contradicción si quieres conseguir un salón con estilo wabi sabi debes aplicar la máxima austeridad. Pocos elementos, solo funcionales y necesarios. Pero, al mismo tiempo, deben ser elementos decorativos con personalidad, que sean únicos y que transmitan algo.
Y, por supuesto, mantener el orden a rajatabla. En un espacio en el que hay pocos muebles y elementos decorativos es imperdonable que haya desorden. A este estilo le gusta la imperfección, pero no el caos.
Para conseguir ese ambiente rudo e imperfecto que se pretende, lo mejor es optar por una iluminación cálida, un poco atenuada. Huye de los focos y de la iluminación directa y apuesta por puntos de luz que aporten calidez con diferentes tipos de lámparas, para jugar con ellas y conseguir el ambiente deseado en cada momento.