La decoración colonial es sinónimo de elegancia y tradición. Es un estilo inspirado en épocas coloniales, por lo que combina influencias europeas y americanas para crear espacios acogedores y sumamente interesantes. Su enfoque en la artesanía y el uso de materiales naturales, transforma cualquier salón en un lugar lleno de carácter. Hoy compartimos contigo algunas ideas para lograr un salón colonial espectacular.
El mobiliario es el corazón de toda decoración colonial. Y si hablamos de materiales, la madera es la gran protagonista. Sin embargo, para un interiorismo profundo e interesante, opta por algunos muebles de madera oscura, como caoba, nogal o roble.
Las piezas deben ser robustas y duraderas, mejor aún si eliges un mueble con detalles tallados. Eso sí, cuida que el espacio no se perciba saturado. Para lograrlo, complementa con muebles de madera clara o cerámica en tonos neutros. Puedes elegir una bonita mesa de centro de madera oscura o una consola con detalles tallados. Conseguirás ese toque de majestuosidad y calidez tan propio del estilo colonial.
Si hay algo que destaca en el estilo colonial, es la integración de la naturaleza en las estancias. El salón es un espacio perfecto para incorporar plantas grandes y vistosas como un bonito ficus, una palmera alta o un suave helecho. ¿Y por qué no mezclar varias? Elige dos o tres especies que te enamoren y dales su lugar en el rincón más espacioso de tu salón.
Asimismo, te recomendamos utilizar materiales naturales a lo largo de toda la decoración. Como ya has visto, el estilo colonial prioriza el uso de la madera, pero hay otros materiales que encajan muy bien con este tipo de diseños. Por ejemplo, el ratán o el mimbre quedan genial en muebles como consolas, mesas de centro, sillas o butacas.
También puedes elegir piezas textiles sólidas como alfombras, lámparas o adornos de pared que estén fabricadas en yute o caña de bambú. Conseguirás un estilo auténtico, rústico y conectado con la naturaleza.
Los tonos neutros y cálidos en las paredes son característicos del estilo colonial. Te aconsejamos pintar con colores como el beige, crema, ocre o terracota. Crearás un fondo perfecto para realzar los muebles y accesorios. Un valor añadido sería integrar molduras en techos y paredes para un ambiente elegante y original.
El hierro forjado es otro material habitual en la decoración colonial. Es versátil, variado y súper interesante. Sin embargo, no debe ser usado con exceso, pues podría crear un ambiente demasiado envejecido y anticuado. Puedes añadirlo en lámparas, candelabros, ganchos de pared o espejos.
Si tienes la posibilidad, reforma tu suelo para conseguir una encantadora base de madera o de cerámica. En este último caso, el color terracota, los tonos terrosos o los suelos hidráulicos, son ideales. Ahora bien, si eliges la madera, esta debería tener un acabado envejecido o natural para mantener la autenticidad.
¡No te olvides de las paredes! En el estilo colonial, hay rienda suelta para adornar las paredes y techos del salón. Una pintura de época de tamaño grande quedaría perfecta como punto focal. Otras buenas opciones son un espejo de marco dorado o un aplique de luz íntima y acogedora. Por otra parte, un mapa antiguo de grandes dimensiones te ayudará a fortalecer el enfoque colonial en el salón, ya que es un estilo muy conectado a viajes o lugares exóticos.
La decoración colonial se nutre de la riqueza de los materiales tropicales. Por eso, sería interesante añadir algún mueble de madera como la teca o el mango. Equilibra con piezas más elegantes de madera torneada para un conjunto armónico. Además, suma muebles más ligeros y frescos hechos de bambú o ratán. Para aportar luminosidad al salón, exprime la alegría tropical de los colores. Algún cuadro o acento en tonos verde, coral o turquesa, son perfectos. Puede ser a través de una vitrina con vajilla colorida o con cojines de tonalidades diversas.
¿Con cuál de todas estas ideas vas a empezar? Aprovecha cada rincón de tu salón para darle una dosis de estilo colonial y llenarlo de naturaleza y color.