En los espacios decorados en estilo colonial, los grandes muebles (librerías, alacenas, aparadores o estructuras de cama con dosel) conviven con auxiliares más livianos para no recargar el ambiente, textiles fabricados con tejidos naturales y accesorios decorativos procedentes de otras culturas.
Por eso no es extraño que unos de los tips para decorar en estilo colonial sea la mezcla, aplicada de manera sutil y sin excesos. Para que te inspires, te mostramos 4 proyectos en los que se ha encontrado el equilibrio perfecto entre lo antiguo y lo clásico, lo autóctono y lo exótico.
En el estilo colonial, más que en ningún otro, los protagonistas son los muebles de aspecto robusto en los que prevalecen las líneas curvas y que se decoran con molduras, plafones, cornisas y herrajes en plata u oro. De entre todos ellos, la reina por excelencia es la vitrina.
Para introducirla en el comedor, busca una pared que esté totalmente desnuda. Las alacenas y las grandes librerías pesan mucho visualmente, por lo que es mejor no poner demasiados objetos a su alrededor para que puedan respirar.
Si buscas un look 100x100 colonial, hazte con un modelo de madera oscura o lacado en negro para darle un toque más actual. Las puertas de cristal aligeran el peso visual del mueble a la vez que te permiten dejar a la vista los objetos almacenados en su interior: puedes aprovechar ese espacio para lucir libros antiguos, colecciones, una pieza de porcelana o algún recuerdo especial que hayas comprado durante un viaje.
Construye a su alrededor un ambiente neutro: coloca una mesa y cuatro sillas del mismo material y en tonos claros y añade una alfombra y una lámpara de techo fabricadas con fibras naturales para aportar calidez. Si, además, introduces algunas plantas, el resultado será un ambiente más fresco.
Si el espacio del que dispones no es muy amplio, opta por una vitrina de madera patinada en tonos blanco u ocres. Completa el look con una mesa de corte clásico, con patas torneadas y súmale unas sillas con el respaldo en aspa y brazos: ocupan un poquito más pero le darán al comedor un plus de elegancia. La trasera en madera de la alacena y el sobre de la mesa aportan calidez a un conjunto que rebosa clasicismo y saber estar por los cuatros costados.
Blancos, ocres y tierras forman la paleta cromática predominante. Si apuestas por vestir el salón con un total look en estos tonos, sírvete de la mezcla de texturas para crear un ambiente más dinámico.
Para empezar, escoge una pieza icónica -un sofá tipo Chesterfield, por ejemplo- y hazte con un modelo con acabados propios del estilo colonial: tapizado en cuero, respaldo en capitoné y decorado con tachuelas. Si dispones de mucho espacio, puedes colocar dos sofás enfrentados. Súmale una o dos butacas tapizadas en lino para generar un contraste con el cuero del sofá. Por último, añade una alfombra de pelo largo y suave que, además de ayudarte a delimitar el espacio del salón y aportar calidez, te encantará si eres de las que disfruta estando descalza en casa.
El estilo colonial se aprovecha de la exuberancia de la naturaleza tropical y la introduce en el interior. Hazte con varias plantas grandes -de al menos un metro de alto-, frondosas y de diversas especies: cactus, palmeras, ficus, sansevieria…
Agrúpalas en un rincón: las plantas te ayudan a dar color a las estancias y a llenar de vida algunos rincones que siempre quedan olvidados, como el espacio entre la cama y el ventanal o el sofá y la salida a la terraza. Recuerda que, además, estos “bodegones vegetales” te ayudan a delimitar los espacios y zonificar: úsalos para marcar el límite del salón con el comedor, del recibidor con el salón o del dormitorio con el vestidor.
La naturaleza también está muy presente en los materiales utilizados para decorar con estilo colonial. Las maderas tropicales, las fibras naturales (el yute o la caña de bambú) y los textiles orgánicos (algodón, lino o cáñamo) contribuyen a crear esa sensación de cercanía a la naturaleza que ayuda a crear ambientes más confortables y acogedores.
Para conseguir este efecto en el comedor, coloca una mesa clásica de madera natural con pedestal en el centro y combínala con unas sillas con asientos tapizados y respaldo en cannage (rejilla). Súmale un aparador auxiliar con las puertas de cristal, para que sea más ligero. Todo en el mismo tono.
Enmarca la mesa del comedor con una gran alfombra de lana confeccionada con nudos y decorada con flecos para darle un toque más fresco y actual y coloca una cortina de lino en tonos crudos. Conseguirás un ambiente relajado y con un punto romántico.
Completa el conjunto con otros detalles que evoquen la naturaleza, como un cesto de mimbre y, por supuesto, ¡no te olvides de las plantas!
Luce con orgullo cualquier pieza que tengas procedente de otras culturas. No importa si la trajiste de algún viaje o si la has comprado en un rastrillo, lo que importa es que tenga un significado especial para ti. Puede ser un plato azteca con motivos geométricos, un tapiz con diseño inca o una figurita africana. Estas piezas, además de ser muy muy bonitas, están cargadas de historia y de simbolismo. Muéstrales y deja que hablen de ti.