Probablemente tu primera idea sea calcular a ojo el espacio que tienes para elegir la mesa de centro, pero eso es un error. Es fundamental saber exactamente el espacio con el que cuentas, para evitar que la mesa sea demasiado pequeña o demasiado grande. Pero, ¿qué medir? Simplemente el hueco que queda entre la zona de los asientos y los muebles, así como el alto y el largo del sofá.
Una vez medido todo el espacio con el que cuentas, debes restar unos 40-50 cm por cada lado donde haya muebles o asientos, de manera que te quede el suficiente espacio para pasar a su alrededor sin obstáculos o para poder colocar las piernas cómodamente al sentarte en el sofá, sin toparte con ellas.
También has de medir lo que mide el sofá de largo y escoger una mesa que sea al menos la mitad de la longitud del sofá, para evitar que sea demasiado pequeña. Una buena opción, si eso ocurre, es hacer una composición con un par de mesas. Como en este proyecto de Livitum, donde un par de mesas de madera de diferentes tamaños, colocadas estratégicamente, crean una auténtica escultura, proporcionada al tamaño de la habitación y a la de los sofás.
También es importante medir la altura de la mesa y adecuarla a la altura del sofá. No debe ser más alta que la altura del asiento del sofá. Y de igual forma, es importante tener en cuenta su forma, ya que, por ejemplo, en espacios más reducidos, son mejores las mesas circulares u ovaladas, para evitar los cantos en su paso por alrededor. Aportan más fluidez al espacio.
Desde luego la elección de la mesa de centro de un salón no debe ser la primera opción, sino más bien uno de los últimos elementos a incorporar en la decoración. Eso no quiere decir que todo vale. Al contrario, debes elegir una mesa que sea afín al estilo elegido en el salón. Ya sea un estilo más moderno o un estilo más clásico.
Por ejemplo, en un salón de estilo moderno, puedes apostar por mesa más contemporáneas fabricadas en metal, como en este proyecto de Livitum, donde un par de mesas de centro de diferentes tamaños de metal en negro son el complemento perfecto de un salón contemporáneo, en el que el negro y los tonos claros son los protagonistas.
Por el contrario, si el salón tiene un aire más clásico, con un estilo Versalles, como este otro diseño, una buena opción es una preciosa mesa de centro de mármol, cuyo material señorial donde los hayas, le aporta un plus de elegancia y sofisticación al salón.
En el mercado hay una gran variedad de materiales adecuados para mesas de centro. Las encontrarás de madera, de metal, de mármol, de piedra, de metacrilato o de cristal. La elección de un tipo de material u otro dependerá un poco del estilo que tengas en el salón y de la funcionalidad que le quieras dar. No es lo mismo una mesa de centro con niños en casa que una mesa de centro que solo recibe visitas.
Mientras que la primera necesitará un material más resistente, a prueba de arañazos y que sea de fácil de limpiar, la segunda puede ser más delicada, porque casi nadie la tocará.
Por ejemplo, en un salón blanco impoluto, que denota que en esa casa solo viven adultos, puedes incorporar una preciosa mesa de cristal en la que es difícil que se dejen huellas, como este precioso diseño de estilo escandinavo que combina cristal y metal.
Mientras que en un espacio más dinámico, debes optar por otras opciones. Incluso puedes añadir más de una mesa, de diferentes materiales, para otorgarle un plus de estilo. Como en este otro proyecto de Livitum, en el que dos mesas de centro circulares, una de madera y otra de metal en negro, cohesionan la decoración de madera de unos paneles de la pared, con el negro de unos espejos y una pequeña consola.
Cada mesa debe ajustarse al estilo de la estancia en la que se encuentra, a sus medidas y ser del material que más se ajuste a su funcionalidad. Si sigues estos tres parámetros, te será fácil conseguir tu mesa de centro ideal.