El primer diseño para este salón comedor destaca por su elegancia y sobriedad. Los tonos neutros en paredes y cortinas son perfectos para dejar lucir otros colores más fuertes.
El verde y el marrón son los grandes protagonistas de la paleta cromática en esta propuesta. Como puedes ver, el amplio sofá dialoga con la alfombra de relieve. Fíjate cómo los diseños curvos y rectos conjugan para aportar dinamismo a todo el lugar. En la parte superior, los cojines en tonos tierra añaden una capa de suavidad y comodidad.
En el comedor, las sillas tapizadas de bordes suaves son ideales para crear una atmósfera relajada. Claramente, la madera es el material protagónico en esta zona. La mesa del comedor está hecha con una madera clara y robusta, dando un aire ligero y tranquilo al lugar.
La lámpara colgante sobre la mesa es un punto fuerte en cuanto a elegancia. Sus acabados dorados combinan muy bien con las formas cilíndricas: sofisticación y modernidad bien equilibradas.
Siguiendo con la iluminación, puedes ver que la fuente de luz indirecta es esta original lámpara en arco. Una mezcla perfecta entre una pantalla rústica con toques minimalistas. Mirando frente a ella, el cuadro beige y negro con formas abstractas redondea el diálogo del espacio. Una muy buena jugada a nivel de diseño.
En esta segunda propuesta, destaca el color blanco y sus variantes. Es un tono que está presente tanto en la decoración como en el mobiliario. El comedor ha logrado incorporar distintos matices de blanco: sillas románticas de bordes redondeados, paredes claras y pequeñas flores en un jarrón de cristal. Estos detalles entregan diversas texturas de un mismo color, aportando dinamismo y jugando con las capas decorativas.
Además, puedes ver que los cuadros mantienen la estética zen gracias a sus formas abstractas. La sutileza que desprenden invitan a los comensales al descanso visual. En este diseño, el sofá es más sólido y oscuro que en las otras opciones. Dado que el lugar está envuelto en tonos claros, podemos jugar incorporando esta pieza gris. Se ha mantenido la alfombra en relieve y la mesita de centro. En este caso, los cojines mantienen la paleta de colores marrones y grises.
Como resultado, hemos conseguido una zona de descanso que se diferencia del comedor gracias a los tonos más oscuros y grisáceos.
Finalmente, la zona de la TV está respaldada por listones de madera de líneas verticales. Lo acompaña al costado un espejo en cuadrículas. El mueble bajo la pantalla ayuda a mantener el juego entre la madera de los listones y el blanco del salón.
En esta tercera versión de este proyecto, hemos añadido elementos rústicos con fibras naturales y colores tierra. Destacan las lámparas colgantes con un acabado en flecos, muy propio de las decoraciones campestres o playeras. Los cuadros del fondo lucen diseños étnicos, sin perder la suavidad del beige y blanco.
Por otra parte, las sillas del comedor son más anchas y bajas, lo cual invita a la relajación y amplía visualmente el espacio.
En el centro de la mesa hemos dispuesto un jarrón que se lleva todas las miradas. Su tamaño es imponente y la cerámica esmaltada nos recuerda a los clásicos jarrones de las fincas campestres.
En la zona de descanso llama la atención el tránsito casi imperceptible entre la alfombra y la mesita de centro. Juntas forman un bloque muy propio de la propuesta general: fibras naturales, tejidos y una planta frondosa.
Como has podido ver, hemos transitado por tres propuestas diferentes para un solo espacio: el salón comedor. Esta zona del hogar es muy importante: aquí pasarás tardes de descanso, comidas con amigos o simplemente sesiones de película en familia.
Buscábamos que el salón comedor se percibiera como dos habitaciones con funcionalidades distintas, pero con una misma estética y estilo. Lo hemos logrado a la perfección, ¿qué opinas tú? ¿Cuál ha sido tu propuesta favorita?