La tendencia del Total White fue furor en los últimos años. Pero… ¿sabías que existen diversos tonos de blancos? Así es, este color es tan versátil como variado. Sus distintas versiones tienen la capacidad de aportar luminosidad, amplitud y una sensación de limpieza muy agradable. Hoy exploraremos los diferentes tipos de blanco y aprenderás a elegir el más adecuado para cada ambiente.
Existen numerosos tonos de blanco que se diferencian por suaves matices, intensidades diversas y luminosidades. Te presentamos algunos y qué función cumplen en la decoración de los espacios.
El blanco puro es el más común, seguramente lo has visto en baños y cocinas. Sin matices ni subtonos, este blanco es perfecto para crear espacios luminosos y aparentemente abiertos. Es un color neutro que no añade ninguna calidez, aunque sí un poco de frialdad. Es ideal para cualquier estancia que no busque destacarse por algún matiz específico, pero que quiera demostrar limpieza e higiene.
El blanco roto, también conocido como “blanco sucio”, tiene una ligera tonalidad grisácea y beige. Este matiz lo vuelve más acogedor que el blanco puro. Es excelente si deseas crear un ambiente sereno y sofisticado sin perder la neutralidad del blanco.
El blanco crema es una variedad cálida con sutiles matices amarillos. Este tono es ideal para pintar estancias acogedoras y confortables. Frecuentemente, se utiliza en interiores clásicos o rústicos. Si lo combinas con materiales como la madera, el ratán o el mimbre, obtendrás una hermosa decoración campestre.
El blanco tiza es una variedad del blanco más opaca y con un ligero matiz gris. Este color queda genial en ambientes vintage o shabby chic, ya que aporta una sensación de antigüedad y delicadeza. Se utiliza comúnmente en muebles pintados y elementos decorativos.
El blanco nácar o perla, tiene un brillo muy sutil. Su apariencia, como el nombre lo indica, es similar al color de las perlas. Aunque tiene una dosis muy bajita de gris, el resabio amarillo lo suaviza y lo vuelve acogedor y encantador. Esta tonalidad es habitual en interiorismos lujosos y elegantes.
El blanco marfil es un tono cálido con un matiz amarillo súper suave. Es elegante y sofisticado, genial para espacios que no quieren alejarse demasiado de la neutralidad del blanco. Se adapta muy bien a ambientes que transmiten calma y serenidad como el salón o el dormitorio. Combínalo con maderas naturales o metales dorados. También queda muy bien en textiles como toallas o cortinas.
El blanco hueso tiene tonalidades de en marrón claro y es más suave que el beige. Es un color común en muebles y elementos decorativos. Suma un toque cálido, aunque es un poco más frío que el blanco marfil.
Entre los diferentes tonos de blanco, las variantes más cálidas son aquellas que tienen matices amarillos, naranjas o rojos. El blanco crema, el blanco marfil y el blanco hueso, son ejemplos perfectos de blancos cálidos. Estos tonos son los indicados para generar ambientes acogedores y confortables, ya que aportan una sensación de calidez y bienestar.
Elegir el tono de blanco adecuado para tu espacio depende de la iluminación disponible, del estilo de decoración y del tipo de ambiente que deseas crear. Te comparto algunos consejos para que tomes la mejor decisión antes de comprar la pintura.
Si tu espacio recibe mucha iluminación natural, puedes optar por tonos de blanco más fríos, como el blanco perla o el blanco tiza. Son tonos que te ayudarán a equilibrar la calidez de la luz solar y a compensar la iluminación general. Por otra parte, si la estancia es oscura, elige tonos cálidos como el blanco crema o el blanco marfil. Estas variantes añadirán una dosis extra de luz.
Los tipos de diseño o de interiorismo son clave para elegir el blanco más adecuado. Si vas a decorar con estilos contemporáneos o minimalistas, los blancos puros y fríos son ideales. En cambio, para decoraciones clásicas o rústicas, los blancos cálidos como el crema o el marfil encajan mucho mejor.
Finalmente, te recomiendo revisar qué tipo de ambiente quieres crear en la estancia. Para el salón, por ejemplo, buscamos crear un espacio acogedor y confortable. En este caso, escoge blancos cálidos como el crema o el marfil. En cambio, para otras zonas como el baño o la cocina, quizás prefieres un ambiente limpio y fresco. Aquí reinan los blancos fríos como el blanco tiza o el blanco hueso.
¿Ya decidiste qué blanco va mejor con tu estancia? ¿Lo usarás en más de una habitación? ¡Atrévete a probar este color en paredes, muebles y accesorios!