En el estilo vintage el color blanco es la base. Una tonalidad que te permitirá darle protagonismo a otros elementos decorativos que resaltan por sus colores más vivos. Así, mientras las paredes debes pintarlas de blanco, crema o de tonos pastel, los accesorios y muebles deben ser de colores llamativos, como un sofá rojo o una lámpara de vinilo en color naranja.
Tienes opciones donde elegir. Desde las lámparas estilo candelabro, hasta lámparas de araña, pasando por una versión más moderna de las llamadas bombillas Edison.
Aunque en ocasiones puedes usar estampados en papeles pintados de la pared, lo mejor es utilizarlo en los textiles. Los motivos florales con fondos de color o rayas, los cuadros rosas y blancos o los patrones damasco y los psicodélicos de los años 70, son bienvenidos. Úsalos en colchas, cojines o manteles para darle a tu casa ese punto nostálgico que todo estilo vintage debe despertar.
En este estilo también es muy habitual el crochet, en mantas y cojines; el patchwork, sobre todo en colchas, o utiliza visillos para las ventanas.
Los baños vintage prefieren las bañeras con patas a las duchas, las estanterías abiertas a los muebles cerrados. Pero, sobre todo, no se te ocurra poner una práctica mampara de cristal. Lo suyo es volver a utilizar las típicas cortinas de baño de antaño.
Son los materiales estrellas de este estilo. La madera es preferiblemente oscura y desgastada. Por eso, los muebles decapados, con aspecto de mucho uso, encajan genial en este estilo.
El otro material protagonista de lo vintage es el metal. Pero no un metal brillante y pulido, sino desconchado e incluso oxidado. Puedes incluirlo en taburetes de madera con patas de hierro de aspecto industrial, en el cabecero de forja de tu habitación o en un revistero de cuero y metal tan elegante, que colocarás junto al sofá. Porque el cuero no puede faltar en este estilo, sobre todo en tapicerías de sofás y sillones. Si tienen apariencia desgastada, mejor que mejor.
Igual ocurre con las cocinas. Los colores pasteles o decapados para los muebles, utilizar cortinas en lugar de puertas en los armarios y colocar potes de mermelada a modo de jarrón, por ejemplo, te trasladará de un plumazo a ese estilo vintage y nostálgico que quieres conseguir.
Los muebles juegan un papel fundamental en la decoración vintage. Rebusca en el desván o agénciate algún mueble de casa de tu abuela para encontrar piezas únicas que embellezcan tu casa. Han de ser muebles que muestren su vida, con desperfectos por el uso, y con una historia que contar. No olvides colocar un sillón de cuero o un sofá Chester. Son una de las piezas infalibles que mejor definen este estilo.
Para encontrar esa nostalgia que tanto busca el estilo vintage, no hay nada como recorrer a la porcelana familiar. Ese juego de café de tu madre o las bandejas de porcelana de tu tía pueden convertirse en el mejor objeto decorativo de tu casa.
También son bienvenidos los jarrones de cristal. Pero no de cristal transparente. Los que combinan mejor con este estilo son los de colores. Un verde botella o un color ámbar son infalibles.
No hablamos de antigüedades, porque todavía no tienen ese estatus, pero decorar con objetos que te trasladen a un pasado cercano son muy propias del estilo vintage. Esa máquina de escribir que ya no usas, el teléfono fijo de ruedecilla o esa cámara fotográfica analógica pueden ser tus mejores aliadas para aportar ese toque vintage a tu hogar.
Los cuadros con litografías y textos inspiradores también tienen cabida en el estilo vintage. Frases de personajes famosos, con mensajes positivos u originales, complementarán positivamente cualquier estancia. Al igual que alguna que otra fotografía en blanco y negro.