¿El blanco es aburrido? 5 mitos sobre decoración que debes conocer

Si hablamos de colorimetría, hay una tonalidad en especial que utilizamos muchísimo en decoración. ¿Adivinas cuál es? Exacto, el blanco. Un color lleno de luz y de elegancia, pero también de mitos y prejuicios.
Publicado por Graciela Olave · 11 de septiembre de 2024
¿El blanco es aburrido? 5 mitos sobre decoración que debes conocer

El color blanco ha sido durante mucho tiempo uno de los favoritos para interioristas, decoradores, arquitectos y diseñadores. Es un tono que se asocia a la pureza, la simplicidad y la elegancia. Suele ser el color base en diversos espacios como salones minimalistas, dormitorios rústicos o recibidores modernos. Sin embargo, a pesar de su popularidad, existen algunos mitos en torno a su uso que han generado dudas entre aquellos que buscan renovar su hogar. 

Mito 1: “El blanco es un color soso y aburrido”

Uno de los mayores mitos es que el blanco es un color monótono, sin vida y aburrido. Una percepción que no podría estar más alejada de la realidad. El blanco, en sus múltiples tonalidades, ofrece una paleta versátil con la que puedes jugar de forma creativa. 

Al combinar diferentes matices de blanco como blanco hueso, blanco roto, beige, crema, etc., verás lo rico y variado que puede ser este color. Añade contrastes con texturas y materiales diversos. Por ejemplo, una pared blanca decorada con obras textiles en lana o cuadros en tonos pastel. También puedes añadir una mesita de superficie blanca con estructura de madera o bordes metálicos en dorado. 

Mito 2: “Los espacios blancos son fríos y poco acogedores”

Mucha gente tiene la creencia que el blanco es frío y poco acogedor. Probablemente, es porque asocian este tono a edificios hospitalarios de luces frías o a ambientes más robóticos y tecnológicos. Sin embargo, esto depende de cómo se utilice el color y qué tonalidades escojas. 

El blanco tiene la capacidad de reflejar la luz y ampliar visualmente los espacios, lo que puede ser una gran ventaja en habitaciones pequeñas. Para evitar una sensación de frialdad, es esencial incorporar otros tonos de la paleta cromática de blancos. Algunos de ellos tienen una temperatura más cálida como el beige, el blanco crema o el vainilla. 

También puedes añadir textiles como mantas, sofás, cojines o cortinas en colores cálidos. Esto ayudará a evitar la sensación de frialdad. Algunos muebles de color blanco, pero fabricados en texturas o componentes naturales, también harán de la estancia una zona acogedora. Prioriza los muebles de madera natural, fibras como el ratán o texturas como el mármol. 

Mito 3: “Los textiles blancos son difíciles de mantener”

Otro mito extendido es que los muebles y textiles blancos son difíciles de mantener limpios. Si bien es cierto que un blanco puro puede ser más susceptible a las manchas, la durabilidad y facilidad de mantenimiento dependen más del material que del color. 

Por ejemplo, tejidos como el lino o la chenilla pueden disimular mejor las imperfecciones y resistir mejor el desgaste diario. Además, algunos materiales modernos están tratados para ser más resistentes a las manchas. Fíjate en qué tipo de sofás o sillas tienes en el salón comedor. Posiblemente, muchos de ellos tienen fundas lavables muy prácticas. 

Mito 4: “Las cocinas y baños blancos no son acogedores”

Si estás pensando en reformar tu cocina o baño, pero no te atreves a darle toques de blanco, pregúntate si te trata de un prejuicio adquirido. Lo cierto es que el blanco es un color ideal para baños o cocinas elegantes. Más aún cuando son estancias que no reciben mucha luz. Este color es ideal para crear un ambiente limpio, luminoso y espacioso. 

Si quieres evitar una “apariencia clínica”, puedes combinar las superficies blancas con materiales como la madera, el mármol o el acero inoxidable. Además, añadir elementos decorativos como plantas, textiles de colores suaves o detalles en tonos cálidos puede transformar una cocina o un baño blanco en un espacio lleno de vida y calidez.

Mito 5: “El blanco es un color poco arriesgado”

Existe la idea errónea de que el blanco es una elección segura y sin riesgo. En realidad, utilizar el blanco de manera efectiva requiere un buen ojo para el diseño. La clave está en jugar con las texturas, las proporciones y los contrastes. De hecho, un espacio en blanco puede ser tan audaz y vanguardista como uno lleno de colores oscuros o vibrantes. Por ejemplo, el uso de un solo color de acento en un entorno predominantemente blanco puede crear un impacto visual impresionante. Te animamos a que le pierdas el miedo a este color tan versátil. Aprende a combinarlo con otras tonalidades, texturas y relieves. De esta forma, podrás pasar de un diseño minimalista y extremo a una habitación con una historia propia y llena de personalidad. 

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