Esa sencillez pretendida del estilo minimalista tiene su máxima expresión en el uso del color blanco como protagonista indiscutible de sus decoraciones. Una decoración Total White le va que ni pintada, pero no hace falta que todo sea blanco impoluto. Detalles de otros tonos grisáceos, maderas naturales claras e incluso el negro son bienvenidos. Tonos suaves, que ayuden a aportar algo de calidez a un espacio que puede resultar un tanto frío por la ausencia de elementos.
Los muebles de este estilo deben ser simples y sencillos. De líneas rectas. Sin ornamentaciones. De acabado mate, sin brillos ni metales…. A este estilo no le gusta nada las cosas ornamentadas, rococós o sobredimensionadas. Recargado o abarrotado. Al contrario, todo debe ser sencillo e impoluto.
De igual modo, los textiles también deben ser simples y, a poder ser, monocromáticos. Alejados de los estampados más llamativos.
Quizás por eso, al estilo minimalista le gustan las texturas, para poder dar un toque de calidez, a pesar de tanta ausencia de cosas y colores. Le gustan los algodones, los linos y las lanas, pero de tonos suaves. Del mismo color que el resto de la decoración para poder pasar desapercibidos.
Todo lo superfluo, que no se necesita, no cabe en el estilo minimalista. Cada uno de los elementos de este estilo debe ser funcional y útil. Aquí, aquello de comprar por comprar, no funciona. En el estilo minimalista solo tiene cabida lo esencial. Así que si quieres aplicar este estilo en tu hogar empieza por hacer limpieza y deshacerte de todo aquello que no necesitas. Tu casa te lo agradecerá y, si dejas de comprar cosas innecesarias, el planeta también.
Al estilo minimalista le gusta mucho la luz. Si es natural, mejor que mejor. Así que no dudes aprovecharla con unos grandes ventanales que dejen pasar la luz a raudales. Mejor sin cortinas, pero si las necesitas, por aquello de la privacidad, procura que sean muy ligeras y que no impidan el paso de la luz.
Por la noche, recuerda iluminar adecuadamente las estancias. Precisamente, con la luz, puedes conseguir aportar a este estilo un poco de calidez, usando luminarias con una temperatura de luz cálida.
El estilo minimalista surgió de la necesidad de tener pocas cosas, pero prácticas. Muebles y objetos decorativos que perduren en el tiempo. Así que apuesta por cosas atemporales y que además sean de calidad, para que estén como el primer día a pesar de tener unos cuantos años a su espalda.
A pesar de su simplicidad en las formas, es importante que los materiales usados en su decoración sean materiales con carácter, para que aporten textura a las estancias y el ambiente resulte más cálido. La madera es bienvenida en sus tonos más claros, así como el cemento o el hormigón para los suelos y las paredes, o el cuero para algunos muebles. ¿Qué tal un sofá Chester?
El minimalismo, debido a la ausencia de cosas superfluas, puede resultar muy frío o soso. Así que, materiales con cierta rudeza estética, ayudarán a conseguir texturas diferentes, alejando así el aburrimiento y la sosería en el diseño.