La combinación de dos de los tonos neutros por excelencia, como son el beige y el gris, son un éxito asegurado para decorar un salón. El greige es ese tono a medio camino entre ambos, que aporta la frescura del tono gris y la calidez del beige, para conseguir espacios muy acogedores.
El greige además es un color que transmite mucha calma, pero no resulta para nada aburrido. Es un tono neutro que puede combinarse fácilmente con cualquier otro color. Siempre queda bien. Ya sea con colores más intensos u oscuros como un azul marino, o más suaves como un color más empolvado.
Es otra combinación infalible. Decorar de tres en tres. Quizás no te hayas dado cuenta, pero siempre te fijarás más en tres objetos juntos, que en una combinación de dos o cuatro. ¿Por qué? La razón está en que a nuestro cerebro le llaman más la atención los números impares que los pares, y dentro de esas cifras, la más equilibrada es el tres, por aquello de no llegar de objetos un estante, por ejemplo.
Así que ya lo sabes, si quieres que la decoración de tus estanterías o de tus mesas de centro resulte llamativa, apúntate a la regla del tres. Piensa en colocar tres velas agrupadas en la mesa del centro, tres libros en la mesilla de noche o tres jarrones sobre la cómoda.
No cuelgues los cuadros de forma totalmente aleatoria en una pared, de manera que resulten caóticos. Lo ideal es que sigan un patrón. Que visualmente estén alineados en alguna de sus partes, ya sea la de arriba o la de abajo, a pesar de tener diferentes formas y tamaños. De esta forma, todo parecerá más ordenado y agradable a la vista.
Otra opción es elegir un punto clave que vincule a cada uno de los cuadros y los una visualmente, para crear una composición a partir de él. Un punto céntrico a partir del cual coloques cada uno de los cuadros hacia su exterior.
Y para conseguir ese equilibrio que toda decoración al fin y al cabo pretende, has de buscar un nexo común entre ellos, como un marco igual para todos ellos, que tengan colores similares o que sean de la misma temática.
Otro clásico de la decoración que nunca falla y que podría ser el perfecto fondo de armario decorativo es la combinación de madera con blanco o con negro. En ambos casos, el resultado es positivo. Con el primero conseguirás crear ambientes nórdicos muy agradables, mientras que con el negro darás un toque más rústico a cualquier composición.
La forma más sencilla de aportar color a una estancia y que pueda seguir las tendencias temporada tras temporada, es aplicando el color y el estampado de moda a través de los cojines del sofá, mientras que éste es preferible que sea de tono neutro, para poder adaptarse a todas esas modas.
Un sofá neutro no tiene por qué ser soso y aburrido. Al contrario, puede ser el contrapunto perfecto para añadir junto a él una butaca de un color estridente que aporte personalidad y carácter a tu salón. Un color vitaminado que llame la atención y aporte alegría a la estancia. O ese color burdeos, tan de moda esta temporada, que quieres que esté sí o sí en tu hogar.
Además, cuando ese tono deje de ser tendencia, siempre te será más fácil sustituir la funda de los cojines o tapizar de nuevo la butaca, antes que cambiar una pieza principal del salón como es el sofá.