Y elegir los colores adecuados forma parte de este viaje tan emocionante. De hecho, cambiar los colores del hogar puede ser tan impactante a nivel visual como una reforma.
Sin embargo, no siempre acertamos, ¡debemos reconocerlo! Pero no te preocupes: hay combinaciones de colores que son seguras y efectivas para cualquier ambiente. Vamos a darle un vistazo a esas paletas cromáticas que nos aconsejan los expertos en decoración.
La combinación de blanco, gris y detalles en madera es una selección clásica que siempre funciona. El blanco y el gris, en sus variadas tonalidades, ofrecen una base neutra que aporta luminosidad. Además, generan una sensación de amplitud, algo ideal cuando se trata de decorar espacios pequeños.
Ten en cuenta que al combinar estos colores, inevitablemente diseñarás una atmósfera más calmada y limpia. Son tonos que te deja espacio de sobra para integrar otros elementos decorativos sin saturar el ambiente.
Por otra parte, la madera aporta ese toque de calidez que convierte cualquier estancia en un lugar acogedor. Este material está disponible para mobiliario, suelos o accesorios decorativos. En cualquiera de sus formas, la madera enriquece la paleta de colores con su textura y tonalidades naturales.
Esta tríada es una garantía de éxito para quienes desean espacios que transmitan serenidad, además de optimizar visualmente las dimensiones del lugar.
Si lo que buscas es una dosis de elegancia, esta combinación es para ti. El azul marino es un color conocido por su profundidad y seriedad. Nos encontramos frente a un tono que aporta una base sólida, calmada y reflexiva. A pesar de su sobriedad, es imposible que pase desapercibido. Su presencia es tan notoria que protagoniza la decoración de los espacios donde se usa. Este color es ideal para una pared de acento en una zona luminosa o para un punto focal elegante y oscuro.
Ahora bien, el dorado contrasta armónicamente con el azul marino. Funciona muy bien en acabados y detalles, añadiendo energía y sofisticación. Es un color conocido por realzar detalles arquitectónicos o decorativos. Verás que puedes incorporarlo fácilmente en marcos, lámparas o accesorios.
Finalmente, el blanco crema nos regala balance entre estos dos polos de color. Su tonalidad suave y envolvente complementa la intensidad del azul marino y la brillantez del dorado. Así, podemos asegurarnos que el conjunto mantenga la armonía visual. Es un color que nos regala luz y frescura, ideal para la base de las paredes o textiles como el sofá y las cortinas.
Esta paleta conecta con la actual tendencia a incorporar elementos de la naturaleza en el interiorismo. La combinación de verdes suaves, maderas claras y tonos tierra nos regala un espacio de paz y relajación.
En primer lugar, el verde y sus variantes más tenues, nos recuerdan lo mejor del bosque y la vegetación. Es un tono que aporta vida y frescura a cualquier estancia. Perfecto para paredes, textiles en lino o elementos de cerámica. Además, si lo acompañamos de madera, tendremos a la naturaleza con todo su esplendor dentro de casa. Por último, añade tonos tierra como un beige suave o un terracota intenso. Estos colores nos darán la dosis de calidez y profundidad que todo ambiente necesita.
Aunque esta paleta de colores quedaría bien en cualquier habitación, se recomienda sobre todo para el cuarto de baño o el dormitorio. Estas zonas requieren de tonos que inviten al descanso, la relajación y el autocuidado. Sin duda, la madera, el verde y los colores tierra benefician a esos sitios que buscan serenidad y calma.
El diálogo entre tonos pasteles, blanco y gris pálido concluye en una estancia absolutamente serena. Una combinación ideal para espacios que necesitan luz. Por ejemplo, la zona de estudio, un taller de arte y manualidades o el cuarto de los niños. Sin embargo, dependiendo de la disposición de los colores, también queda perfecta en el salón comedor o en la cocina.
El blanco y el gris pálido actúan como lienzos en blanco, maximizando la luz natural y ampliando visualmente el lugar. Son colores neutros que ayudan a destacar a los tonos pasteles. En conjunto, esta tríada cromática es una apuesta segura para diseñar espacios que buscan una nota delicada, elegante y muy luminosa.