Para que lo tengas más claro y te ayude a la hora de elegir la paleta de colores perfecta para tu nueva decoración, hablemos de colores.
Hablamos de blanco, grises, beige, marfil, crema o negro. Son colores cuya base permite combinarlo con cualquier otro y siempre quedarán bien. Perfectos si buscas un estilo minimalista y nórdico en tu casa.
No creas que son sosos. Con ellos puedes conseguir un ambiente acogedor, si eres capaz de combinar diferentes intensidades y tonalidades de ellos. O si los usas como color principal y utilizar como secundario y como acento tonos mucho más llamativos.
Aquí es donde encontramos los verdes, los azules, los morados. Son colores que transmiten calma y tranquilidad, pero también son capaces de sorprender. Eso dependerá de la tonalidad escogida. No es lo mismo un verde pastel, que uno mucho más oscuro. El primero es ideal, por ejemplo, para una habitación infantil, evitando así la ya trasnochada tendencia del rosa y azul, según sea niño o niña. Mientras que un verde oscuro, además de recordarte a la naturaleza, aporta una elegancia innata a cualquier espacio.
Lo mismo ocurre con el azul. Un azul claro es perfecto para esas zonas de trabajo o de descanso en las que necesitas calma y tranquilidad. Mientras que un azul oscuro es uno de los colores más elegantes de la paleta del diseño de interiores.
En el caso del morado, su tonalidad lo hace variar de extremo a extremo en el abanico de sensaciones. Mientras que un morado claro aporta un efecto sedante y un plus de espiritualidad, un morado oscuro, si no se aplica en mesura, puede resultar demasiado impactante.
Son esos que aportan vivacidad, energía y vitalidad a raudales. Son el rojo, el naranja, el amarillo…Al igual que los colores cálidos, dependen un poco de su intensidad.
Son colores que debes tener cuidado dónde los usas si no quieres mantener despiertos a los niños toda la noche o que estén demasiado exaltados. A diferencia de los colores fríos, éstos no calman ni tranquilizan. Al contrario, aportan vitalidad y energía.
Es mejor usarlos en mesura, sobre todo en sus tonalidades más fuertes. Eso sí, son los reyes de los colores acento. De esas pinceladas de color que toda estancia necesita, sea minimalista, ecléctica o rústica.
Lo más sencillo es combinarlo entre sus categorías, para que te resulte más fácil acertar con la combinación más adecuada. Sin embargo, no siempre es así. A veces, añadir a la paleta de colores neutros un toque de color cálido hará la estancia más acogedora.
Mientras que un tono frío con un tono neutro, aportará un plus de tranquilidad.
A rasgos generales, las paletas de colores elegidas según el estilo sería la siguiente. Para el minimalismo o el nórdico, predominan los tonos neutros. Para un estilo vintage, la mejor combinación son los colores fríos en sus tonos más claros. Para el industrial, toque de neutros, con algún color cálido. Mientras que para un estilo ecléctico utilizarás cualquier paleta de color, con preferencia por los tonos cálidos, en su versión más llamativa.
Como siempre, lo mejor que puedes hacer es elegir una muestra de cada uno de los colores que quieres aplicar en tu decoración y ver cómo queda. A partir de ahí, es cuestión de ir jugando hasta conseguir la combinación ganadora. Siempre será mejor cambiar un pedacito de tela, de papel o una muestra de pintura, que cambiar el color de las paredes, los muebles y los elementos decorativos, si el resultado no es de tu agrado. Así que, ponte manos a la obra y deja salir toda tu creatividad.