Por eso, si no encuentras ninguno que se ajuste a tus gustos o simplemente quieres prescindir de él, te damos algunas ideas para acompañar a tu cama, de manera que la pared en la que se encuentra sea la protagonista sin necesidad de tener un cabecero como tal.
Lo que es innegable es que la pared en la que se sitúa la cama debe ser el centro de atención de la habitación. Así que para conseguirlo, a veces es tan simple como colgar una gran obra de arte en ella, para resaltar esa importancia.
Otra buena opción es optar por una colección de cuadros, situados estratégicamente sobre la cama, para que haga las veces de cabecero. Una composición lineal que delimite el espacio puede ser una gran opción.
Es una opción fácil y sencilla con la que puedes ser muy creativo. Añadiendo molduras a la pared también puedes enmarcar la zona de descanso. Puedes añadir una gran moldura sobre el espacio de la cama o puedes resaltar las partes superiores de las mesillas de noche, de manera que la zona de la cama también quedará delimitada.
También puedes colocar molduras en la parte baja de la pared de manera que las molduras queden a modo de arrimadero, creando visualmente un cabecero.
Otra gran opción para ponerse creativo es jugar con la pintura. De forma simple, pintando la pared del cabecero de un color diferente al resto de la habitación. O dejando salir el artista que llevas dentro, pintando un cabecero en la pared, dibujando formas geométricas que delimiten esa zona o haciendo un gran mural. Eso ya dependerá de tus dotes artísticas y de tu creatividad.
Esta tendencia, que ha llegado para quedarse, es otra gran solución para todos aquellos que no quieren un cabecero de cama. Con ellos puedes delimitar la zona de la cama de muchas formas, creando diseños magníficos que aportarán al dormitorio mucha calidez.
Una forma es usar los listones de madera a modo de cabecero, pero alargándolos hasta el techo para crear un efecto impactante. Otra opción es poner los paneles de listones de madera solo en la parte de las mesillas de noche, de manera que el centro también quede delimitado. Una tercera manera es usar los listones a modo de arrimadero, añadiendo papel pintado en la parte superior, o simplemente usar ese arrimadero como cabecero de cama.
O, ¿por qué no? Panelar toda la pared en la que se encuentra la cama para crear una pared de acento que no dejará a nadie indiferente. Incluso panelar solo una de las parte y pintar la otra en un color acorde a la decoración del dormitorio.
Pueden ser otros grandes sustitutos del cabecero. Solo has de poner tantos cojines como quieras, de diferentes tamaños y formas y de diferentes colores, para convertir tu cama en un lugar acogedor y confortable. Eso sí, procura que la tonalidad de los cojines esté acorde con los colores usados en la decoración del dormitorio y cohesionados con la ropa de cama.
Una gran balda que atraviese la pared en la que se encuentra la cama también puede ayudar a la falta de cabecero. Allí podrás apoyar algunos cuadros, poner algunos objetos decorativos o dejar tus libros.
También puedes pensar en diferentes estanterías esparcidas por toda la pared. De esta forma, decorarás la pared y, al mismo tiempo, conseguirás un plus de almacenaje.
Si lo tuyo es el minimalismo, la mejor opción es no poner nada. Dejar la pared completamente vacía, presidida tan solo por la cama, las mesillas de noche y las lámparas de sobremesa, si las hubiera. Al fin y al cabo, no hay ninguna regla que indique que un dormitorio debe tener sí o sí un cabecero de cama.