Muchos son los factores a tener en cuenta. Lo primero, es el espacio del que se dispones, y sobre todo, de la forma del salón en el que se ha de colocar. No es lo mismo tener un espacio rectangular o alargado, que un espacio diáfano y cuadrado. No es lo mismo colocar un solo sofá, que optar por más de uno. Que sea en forma de L o que tenga chaise longue. Por ello, ahí van algunos consejos a tener en cuenta a la hora de colocar tu sofá en el salón.
Es la opción más socorrida, ya que es también la opción que menos espacio ocupa. Por lo que es ideal para aquellos salones que no cuentan con muchos metros cuadrados o que su forma, demasiado alargada y estrecha, impide tener otra opción. De esta forma, dejará más espacio de paso para que se circule más libremente por la habitación.
Lo mejor es colocarlo en la pared más larga del salón, pero no siempre es posible. También es buena idea situarlo lo más cerca de una entrada natural de luz, por aquello de tener mejor visión cuando se está sentado en él. Y a poder ser resguardado de las miradas de la entrada principal, por tener algo de privacidad. Y, por supuesto, dirigido hacia aquello que se quiere mirar. Ya sea un televisor o un increíble paisaje exterior.
O situados en paralelo. Esta opción es genial para aquellos salones cuadrados que cuenta con el suficiente espacio para que quepan los dos muebles. Eso sí, has de tener en cuenta el espacio que ocupan en cuanto a su profundidad y que entre ambos sofás debe haber la suficiente distancia para colocar una mesa de centro y tener suficiente espacio de paso.
Uno de sus inconvenientes es que al mirarse un sofá al otro, el televisor siempre quedará a un lado. Sin embargo, son geniales para mantener largas conversaciones.
Un sofá rinconero o en forma de L es ideal para aquellos salones que cuentan con dos grandes paredes libres puestas en ángulo. De esta manera, el sofá queda recogido, sin ocupar excesivo espacio, pero aportando muchos asientos.
Esta opción también es válida si se quiere delimitar la zona del salón, por ejemplo, del comedor, de manera que uno de los lados largos del sofá haga de separador. Una opción que también resultaría con un sofá con chiaiselongue. En ese caso, la parte más larga sería la ubicada en el lado que se quiere delimitar. Mientras que si lo que se busca es que quede entre paredes, la parte de la chaise longue debería estar junto a la pared.
No, no nos hemos vuelto locos. No pretendemos dejar el sofá en mitad del salón sin más. La idea es que con el sofá separes diferentes zonas, en el caso de que compartan un mismo espacio.
Es una buena solución en aquellos salones cuadrados que necesitan un poco de separación con la zona del comedor o con esa cocina abierta.
Para rematar la decoración es buena idea colocar un mueble estrecho, tipo consola, en la parte trasera del sofá, de manera que, además de tener un plus de almacenaje, decore la parte trasera del sofá.
Es una opción parecida a la anterior, ideal para salones espaciosos que además son zona de paso. Para no tener que pasar por delante del sofá y tropezarse con la mesa de centro, es buena idea adelantar un poco el sofá de la pared, de manera que entre ellos quede un pasillo que sirva de paso.
Es preferible no situar el sofá ante una ventana, por aquello de que impide la entrada de luz o el paso en el caso de un balcón. Sin embargo, si las opciones son limitadas, no te quedará otra. Eso sí, procura dejar el suficiente espacio para poder abrir y cerrar la ventana siempre que quieras y aislar adecuadamente la posible entrada de frío, si no quieres helarte en invierno.