Como en toda arte, el diseño de interiores cuenta con diversas escuelas, movimientos y estilos. Cada uno de ellos posee características distintivas que reflejan tendencias estéticas, filosofías de vida y necesidades específicas. A continuación, exploraremos cinco de los estilos más populares en la decoración de interiores: el diseño nórdico, el estilo moderno, la decoración rústica, el estilo industrial y el diseño vintage. ¡Empecemos!
El diseño nórdico o estilo escandinavo, se caracteriza por su simplicidad, funcionalidad y conexión con la naturaleza. En este estilo predomina el uso de colores claros como el blanco, el gris, el beige y el rosa pastel. Fundamentalmente, se utilizan tonos neutros que regalen serenidad al ambiente.
Estéticamente, se trabaja con materiales naturales como la madera, la cerámica, el algodón, el lino y la lana. La iluminación cumple un rol fundamental en este tipo de interiorismo. Piensa que es un estilo que busca aprovechar al máximo la iluminación natural. El origen del diseño nórdico está en países que cuentan con muy poca luz solar durante el año.
En casas decoradas bajo la escuela escandinava, encontraremos muebles de líneas simples y funcionales, textiles suaves y paletas de colores neutros. Todo complementado con el toque natural de la madera y las plantas naturales.
Este tipo de diseño se enfoca en los muebles de líneas limpias, la mayoría rectos o sutilmente curvos. Predomina el interés por un mobiliario 100% funcional y por qué no, apoyado por la tecnología. Las casas que usan electricidad inteligente, altavoces automáticos u otras innovaciones, suelen vestir interiores modernos.
Normalmente, se utilizan paletas de colores neutros, complementadas con tonalidades más oscuras. Pueden aparecer combinaciones de gris cemento, azul piedra o negro, junto a tonos claros como el beige o el rosa pastel. Además, se prefieren muebles fabricados en materiales duros como el acero o el cromo.
Finalmente, fíjate que en el diseño moderno la geometría cumple un rol esencial. Este estilo privilegia espacios bien organizados, simétricos, vanguardistas y sofisticados. La elegancia es parte de su esencia decorativa.
Los interiores de estilo rústico destacan por su calidez y encanto. Promueven una atmósfera parecida a las románticas casas de campo de pueblos escondidos o épocas antiguas. El estilo rústico se centra en el uso de materiales crudos como madera, piedra o hierro. Además, prioriza todo lo auténtico por sobre lo artificial.
En una casa decorada con diseño rústico, será habitual ver vigas de madera expuestas, muebles robustos y colores inspirados en la tierra, en el bosque y en las plantas. La decoración se complementa con detalles artesanales, que resaltan la belleza de lo hecho a mano y la magia de lo “imperfecto”.
El interiorismo basado en un diseño industrial, se inspira en las viejas fábricas y lofts urbanos. Se distingue por exponer elementos estructurales como tuberías, ductos, ladrillos o hierros. Además, privilegia el uso de materiales duros y sólidos como el acero, el hormigón y la madera recuperada.
Si visitas un piso o casa decorado con este estilo, podrías encontrarte con ventanales muy grandes, muebles metálicos, colores grises o negros y habitaciones amplias y altas.
Este nostálgico estilo nos transporta al encanto de épocas pasadas, sobre todo a la primera mitad del siglo XX. Es un tipo de interiorismo que incorpora elementos antiguos o de aspecto envejecido en la decoración moderna. Las habitaciones diseñadas de forma retro o vintage, están impresas de elegancia y gracia atemporal.
Se utilizan muebles históricos o piezas antiquísimas que han sido restauradas por especialistas en el tema. En este diseño de interiores preferimos paletas con tonalidades pasteles, colores opacos y tonos neutros. Los pequeños detalles ornamentales, como pomos en oro envejecido o vajilla en cerámica antigua, aportan un toque de romanticismo y sofisticación.