La decoración industrial es un estilo surgido a mediados del siglo XX, cuando al abandono de viejas fábricas se le unió una revolución cultural. Muchos jóvenes artistas de la ciudad empezaron a ocupar estos enormes espacios vacíos. Para vivir allí y para usarlos como estudio o talleres donde desarrollar su arte. Unos jóvenes que también utilizaron algunos de los muebles y objetos olvidados, que aprovecharon para hacerlos suyos. Nacía así el estilo industrial.
Es un estilo que, surgido de esas fábricas abandonadas, se fue reconvirtiendo hasta convertirse en lo que es ahora. Un estilo caracterizado por tener espacios muy abiertos, por dejar al descubierto muchas de las estructuras arquitectónicas de la vivienda o por usar piezas icónicas, que recuerdan a esa época industrial donde las fábricas eran las protagonistas.
Así que si quieres transformar tu hogar en un preciosos loft urbano empieza a derribar paredes y crear espacios abiertos en los que convivan la cocina, el salón, el comedor y, si te atreves, porque no, el dormitorio.
Debes dejar a la vista también algunas de las estructuras arquitectónicas de tu casa, como las tuberías, los ladrillos, las vigas o las bóvedas del techo. Al estilo industrial le gustan los materiales con carácter de estos elementos, como el acero, el hormigón o los ladrillos. A los que se le añade la madera, para aportar un toque de calidez, tan necesario en este estilo de carácter más frío.
Los colores elegidos para este estilo deberán ser neutros para dar protagonismo a los materiales y a las estructuras. Pero si hay un color predominante, ese es el negro que combina de maravilla con la madera y el acero. El blanco puede aparecer, aunque en pequeñas dosis. Has de optar por tonalidades que no distraigan, para centrar la atención hacia aquellos elementos que quieres destacar. Ya sea una preciosa mesa industrial con las patas de metal y el sobre de madera o un icónico sofá Chester de cuero marrón, imprescindible en todo loft que se precie.
Porque las piezas icónicas son otra de las características de este estilo. Piezas especiales que destacan en la decoración y que van unidas a lo industrial. Como las sillas Tolix o las mesas de centro hechas con palets y ruedas, por ejemplo.
Tampoco debes sobrecargar el espacio con muchos muebles y elementos decorativos. El estilo industrial peca un poco de minimalista. Pocas cosas, pero especiales y únicas. Elementos que también deben ser funcionales y cumplir más de una función, si es posible. Objetos y muebles que pueden resultar eclécticos, pero que encajan perfectamente entre ellos por su carácter vintage e incluso por estar realizados con materiales reciclados.
Es un estilo que aprovecha al máximo todo lo que se le pone por delante, como los artistas neoyorquinos que reciclaron las mesas y consolas de las antiguas fábricas de su loft. Al estilo industrial le gusta reciclar y reutilizar antiguos materiales u objetos. Como unas viejas maletas, convertidas en una bonita mesa de centro, o un archivador de oficina, en la mejor cajonera para tu dormitorio.
Los textiles han de ser con carácter. Por eso, es mejor que busques estampados de cuadros, telas con mucha textura y colores sobrios.
Respecto a la iluminación, el estilo industrial quiere mucha luz y que ésta provenga de lámparas que nos recuerden a esas viejas fábricas, con colgantes de metal, muchos focos y, sobre todo, bombillas a la vista.
Si consigues aplicar todos estos consejos, serás capaz de convertir tu casa tradicional en un precioso loft urbano. Tan bonito que, cuando vuelvas a ver una película de Hollywood en la que aparezca un loft neoyorquino, ya no te enamorarás de él porque el tuyo será mejor.