No creas que para conseguir una pared de piedra tienes que colocarlas una a una revistiendo toda la superficie. Se trata de paneles decorativos que imitan la piedra natural. Relativamente fáciles de instalar y con un resultado muy natural.
Pueden ser tu propuesta ideal si quieres aportar a tu salón un toque rústico, que te acerque la naturaleza al interior de tu casa, aunque estés en la ciudad.
La clave es instalarlo en una de las paredes. La que quieras destacar. Ya que revestir las cuatro paredes resultaría un poco agobiante. De esta forma, se convertirá en el punto focal de la estancia, aportando mucha calidez por el tipo de material utilizado.
Si al iniciar las obras en tu salón descubres una impresionante pared de ladrillos, aprovéchala. Solo tendrás que acicalarla, limpiarla y tratarla para que luzca perfecta. Pero si no encuentras ladrillos o están demasiado hechos polvo, también existen paneles que, como los de piedra, imitan muy bien estos tochos. De una forma u otra, si los usas, convertirás tu salón en un loft, al más puro estilo neoyorquino.
Decóralo con un estilo industrial, con un sofá Chester, con muebles de metal y madera y conseguirás un salón acogedor e ideal.
Si eliges unos ladrillos blanqueados puedes optar por un estilo mediterráneo, que te traslade a la playa, con sofás desenfundables en blanco, con muchas cestas de fibras naturales y con elementos decorativos que exaltan la artesanía.
Otra de las opciones que va cobrando muchos adeptos son los paneles que imitan al cemento. El efecto es idéntico al de revestir las paredes con este material, con sus imperfecciones y sus impurezas, solo que con una instalación mucho más sencilla.
Este tipo de paneles son ideales si quieres conseguir un salón moderno y austero. La textura de las paredes le aportará mucho carácter al espacio. No necesitarás nada más.
Son un must desde hace ya varias temporadas. Son perfectos para resaltar una de las paredes del salón y convertirla en la protagonista. Pero también son útiles para separar ambientes o para destacar una zona determinada de la estancia.
Puedes usarlos para enmarcar la zona en la que instalarás el televisor. Puedes colocarlos entre el salón y el comedor para separar ambas zonas. O para diferenciar la pequeña zona de recibidor del salón, si tienes un ambiente abierto.
Su instalación también es muy simple ya que se trata de paneles, no de listones que tengas que colocar uno a uno. Pero su efecto decorativo es sorprendente. Aportan mucha calidez a cualquier espacio, son modernos y contemporáneos, y además, colocados estratégicamente en la pared adecuada evitan los molestos ruidos de los vecinos, porque son aislantes.
Otra buena opción para darle un toque original a alguna de las paredes de tu salón es incorporando este tipo de paneles en la parte inferior de la pared, a modo de friso o arrimadero. Le aportarán al salón un toque diferente, sobre todo, si lo incluyes solo en la zona del sofá o en la zona del comedor para diferenciarlo del resto de la estancia.
Son otras grandes aliadas de la decoración. No creas que son algo del pasado, han vuelto al diseño de interiores y lo han hecho con fuerza. Son todavía más fáciles de instalar que los paneles, ya que algunas son adhesivas. Aportan una profundidad y una textura ideal a cualquier pared en la que las usas. Además, con ellas puedes jugar con la pintura para crear espacios muy creativos. Pintándolas del mismo color que la pared conseguirás dar carácter sin destacar. Mientras que si las resaltas con una pintura diferente, se llevarán indiscutiblemente todas las miradas.
Al igual que en el resto de casos, son ideales para resaltar una pared determinada, para separar ambientes en un espacio abierto o para aportar personalidad a la habitación.
