Para empezar, has de tener en cuenta que el estilo Japandi surge precisamente de la fusión entre el estilo tradicional japonés y el estilo escandinavo. Eso ya te da alguna pista de sus similitudes. Sin embargo, también hay algunos aspectos que los diferencia.
El nórdico es un estilo surgido en los países escandinavos. Una tendencia decorativa influenciada por el clima y las características de estos países del norte de Europa. Aquí, la luz del sol es casi anecdótica en los meses de invierno, lo que hace imperativo que los hogares se adapten a esta circunstancia. Además, son países con un clima frío, que también impide disfrutar del exterior durante largos periodos.
Teniendo en cuenta todos esos factores, el estilo nórdico nació para hacer estos hogares lo más confortables posibles. La falta de luz hace que sea un estilo en el que primen los tonos claros, que ayudan a reflejar la poca luz que entra del exterior y amplía los espacios. Mientras que la falta de contacto con la naturaleza por el mal tiempo, se palia incorporándola en el interior de casa, a través de materiales surgidos de ellas. De ahí que a este estilo le encante la madera, las fibras y los tejidos naturales.
Es un estilo que además es muy sencillo y funcional. Nada que no sirva estará presente. Todo tiene una utilidad y una razón de ser. Y si esa funcionalidad puede ser doble, mejor que mejor. Es decir, que una misma pieza cumpla con dos funciones, para evitar tener muebles o complementos en exceso.
Es un estilo que transmite paz por la elección de colores suaves y materiales acogedores. El fin es conseguir un hogar equilibrado y tranquilo.
Es un estilo que nace de la fusión de dos estilos surgidos de dos partes muy distintas del planeta. Por un lado, los países nórdicos y por otro Japón. Aunque muy diferentes entre sí, por la diferencia cultural de ambos territorios, tienen en común algunos aspectos, como la simplicidad de la decoración y su funcionalidad. De la unión de ambos surgió hace unos 150 años otro estilo, el Japandi.
Este nuevo estilo nació cuando arquitectos y artistas daneses viajaron a Japón en busca de inspiración para sus interiores. Allí, se enamoraron de la filosofía wabi-sabi, que aprecia las imperfecciones de lo natural y las huellas dejadas por el paso del tiempo. Y decidieron combinarlo con un estilo de vida Hygge que busca la felicidad de las personas a través de ambientes funcionales. Surgió así el estilo Japandi. Una combinación entre la efímera belleza imperfecta nipona y la practicidad nórdica.
A este estilo también le gustan los tonos claros y la madera. Sin embargo, este estilo no descarta los tonos más oscuros de este material. A diferencia del estilo nórdico, caracterizado por maderas de tonos más claros.
Es un estilo minimalista, igual que el nórdico, al que no le gustan las cosas superfluas que no sirven para nada. Todo debe tener su utilidad. Más si cabe que en el estilo de los escandinavos. El Japandi es un estilo que lleva el minimalismo casi hasta el extremo, donde es fácil ver paredes prácticamente desnudas o ausencia casi absoluta de muebles.
Al Japandi le gusta también la simplicidad y las formas orgánicas, y no le importa que las cosas sean imperfectas, incluso que estén rotas, como paredes agrietadas o desconchadas. Eso solo indica el paso del tiempo, algo que venera este estilo.
En ese mismo sentido, le encantan las cosas hechas a mano, que son diferentes y únicas. De ahí que este estilo esté plagado de artesanía y de materiales naturales sin pulir, sin barnizar o sin acabar. Tanto es así que en este estilo es habitual encontrarse con la técnica Kintsugi. Una técnica japonesa de hace siglos, que consiste en la reparación de objetos rotos, uniendo las diferentes piezas con una mezcla de resina y polvo de oro.