Así son los espacios decorados siguiendo los principios del Wabi Sabi. No se trata de un estilo deco, sino de una filosofía de vida que nos llega del Japón y que nos invita a vivir de manera más consciente y sostenible, a buscar el equilibrio en lo natural y a reconciliarnos con el paso del tiempo.
Así son los espacios decorados siguiendo los principios del Wabi Sabi. No se trata de un estilo deco, sino de una filosofía de vida que nos llega del Japón y que nos invita a vivir de manera más consciente y sostenible, a buscar el equilibrio en lo natural y a reconciliarnos con el paso del tiempo.
Wabi Sabi es un concepto que no puede traducirse de manera literal, pero que hace referencia a la virtud de captar la belleza en lo cotidiano, en lo simple, en lo imperfecto e incompleto. Es, en realidad, una herramienta para el desarrollo personal que nos enseña a buscar la verdadera esencia de las cosas y a practicar la aceptación cuando creemos que algo no es tan perfecto como debería. Llevado al plano de la decoración, se traduce en espacios sencillos en los que, lejos de ocultar aquello que parece imperfecto o que está deteriorado, se le da cabida y protagonismo.
Las casas diseñadas siguiendo los preceptos del Wabi Sabi son casas vividas en las que cada mueble y cada objeto se ha seleccionado cuidadosamente, no (solo) por su belleza externa, sino por la historia que hay detrás de cada uno de ellos. Por esto último, se da prioridad a los objetos recuperados y a las artesanías: son piezas capaces de evocar sentimientos de nostalgia por el pasado y respeto por la tradición.
¿Te apetece unirte a esta forma milenaria de entender la vida por medio de la decoración? Pues ahí van 5 consejos para que apliques en el diseño de tu casa los principios del Wabi Sabi.
Vuelve la mirada a la naturaleza para obtener de ella las materias primas con las que reformar, amueblar y vestir la casa: suelos de madera o barro, paredes de piedra o revestidas con mortero a la cal, muebles de bambú, tejidos en algodón, lino o yute y objetos cerámicos decorativos. Úsalos respetando los colores propios del material sin añadir tratamientos adicionales.
¡Dí adiós a los plásticos y a los materiales sintéticos! No solo conseguirás un espacio estéticamente agradable y tranquilo, sino que tendrás una casa más sana y libre de tóxicos, ¿qué más se puede pedir?
De acuerdo con la idea de eliminar todo lo que sea artificial y superfluo, las casas diseñadas según el Wabi Sabi muestran las paredes desnudas y sin alisar, dejando a la vista rugosidades o grietas. De la misma forma, las superficies horizontales -suelos, tableros de mesas, sobres de mobiliario-, se muestran sin pulir y sin recibir tratamiento alguno para mostrar su belleza natural.
No se recurre a elementos ornamentales para llenar las paredes ni las superficies horizontales por el simple hecho de añadir algo estéticamente bonito a una estancia: todo tiene que estar ahí por un motivo, tiene que tener un valor para tí.
Los pocos complementos que adornan los espacios Wabi Sabi aluden a lo cotidiano y te invitan a buscar la grandeza en las pequeñas cosas: platos de barro colgados en la pared, cuencos o vasijas recuperadas como jarrones para unas flores silvestres, una pieza de cerámica producida artesanalmente…
¡Apuesta por las curvas! En el diseño Wabi Sabi se tiende a huir de las líneas rectas, los cantos, los bordes marcados y la geometría. Se apuesta por las formas curvas -en el mobiliario pero también en las paredes y la forma de las estancias-, y las asimetrías. Puedes, por ejemplo, hacerte con una mesa de centro con el sobre hecho con un tronco de árbol o sustituir una gran luminaria por varias luces -en número impar- suspendidas de cerámica u otro material que evoque la naturaleza.
La paleta de colores de este estilo está basada en los tonos neutros e inspirados en la naturaleza: crudos, arenas, verde olivo, gris piedra, óxidos… Es importante que evites los excesos de color: recuerda que el objetivo es que, cuando estés en casa, tengas la sensación de estar en un espacio sosegado en el que te sientas tranquila.
Por supuesto, puedes introducir alguna nota de tu color preferido pero, en ese caso, lo mejor es que evites los tonos muy vibrantes o saturados para que no distorsionen y rompan la armonía cromática del resto del espacio.
Los espacios decorados según el Wabi Sabi utilizan una iluminación tenue que les permite crear una atmósfera íntima. Para conseguirlo, instala varios puntos de luz y juega con su intensidad. Puedes colocar una lámpara suspendida de cerámica como iluminación general de techo y añadir otros puntos de luz dirigida a algunos rincones especiales de la estancia destacando elementos que tengan un valor especial, como un objeto decorativo que te guste especialmente o incluso una planta o arreglo floral (¿conoces el ikebana?) que te resulte especialmente bonito.
También puedes dirigir el haz de luz hacia la pared o hacia el suelo para acentuar las rugosidades, las grietas o el veteado de la madera: recuerda la importancia de destacar elementos o características de los objetos que, en otro momento, hubiéramos intentado ocultar o disimular. ¡Destácalos! De esta forma, cuando lo veas, recordarás la importancia de aceptarnos y querernos por lo que somos y no únicamente por nuestra apariencia.
