Si tú también quieres tener tu propio comedor exterior, te damos algunos tips para que se convierta en el nuevo place to be de tu casa.
Por mucho que quieras tener un amplio comedor en tu terraza, el espacio es el que es, así que debes adaptarte a los metros de los que dispongas. Si te sobra el espacio, puedes optar por una amplia mesa rectangular en la que quepan muchos comensales Pero si tu espacio es reducido una buena opción son las mesas circulares. Ocupan mucho menos espacio, pero en ellas caben muchos invitados.
Lo mismo ocurre con la elección de las sillas. Con mucho espacio, es igual el modelo que elijas, mientras que si los metros son escasos son mejores las sillas sin reposabrazos, ya que ocupan un espacio del que no dispones.
En el caso de pequeños balcones, no renuncies a tener un comedor. En el mercado existen mesas plegables que se adaptan a cualquier lugar. Igual que las sillas.
Sobre todo, no olvides usar muebles ex profesos para el exterior. Eso de aprovechar los muebles que no quieres del interior para darles una segunda vida en el exterior, no funcionará. El sol, la lluvia, la humedad, el calor los estropeará muy rápidamente si esos muebles no están fabricados para soportar tales inclemencias.
En tu comedor exterior no deben faltar las plantas. De hecho, ningún espacio exterior debería estar exento de plantas. Aportan mucho color y ese toque de naturaleza que tanto nos falta en la ciudad. Así que no escatimes en incorporar alguna que otra a tu terraza. En una de las paredes en un jardín vertical, en algún rincón, en las barandillas o sobre la mesa del comedor.
En una mesa grande o pequeña siempre hay hueco para incorporar alguna planta. Decorarán la mesa mientras no la usas y refrescarán el ambiente.
Si eres un pésimo jardinero, no te preocupes, en el mercado existen plantas que casi no necesitan cuidados y que sobreviven prácticamente solas. Búscalas.
Si quieres disfrutar de tu comedor exterior a todas horas, no olvides añadirle algo que te proporcione sombra. Ya sea una pérgola fija o un toldo o una sombrilla que puedas abrir y cerrar a tu antojo. Porque en las horas de más sol puede ser impracticable comer en la mesa, por mucho que te guste el calorcito.
Procura instalarlo orientado de manera que te proporcione sombra e incluso, que te pueda cubrir en los días de lluvia. Porque en verano apetece comer fuera en el comedor exterior, pero una tormenta repentina no tiene porqué estropearte la comida.
Todo buen comedor, aunque esté en el exterior debe contar con una buena iluminación. No queremos que, al caer la noche, uno no pueda ver ni lo que tiene en el plato. Eso sí, para crear un ambiente más bucólico y encantador, lo mejor es optar por una iluminación tenue que invite al relax. Olvídate de grandes focos, que solo atraerán insectos, y apuesta por diferentes puntos de luz que te permitan jugar con la iluminación dependiendo de la actividad que realices en el exterior. Piensa en una luz colgante sobre la mesa, en una lámpara de pie junto a la zona de relax, si es que la tienes, o en guirnaldas que ilumines tenuemente todo el espacio exterior.
Por último dale a tu comedor exterior algún toque de personalidad. No necesitas mucho espacio para aportar un poco de carácter a ese lugar. Es sencillo. Incorpora por ejemplo algún jarrón sobre la mesa en la que poner flores o ramas secas.
Añade cojines de colores en las sillas para hacer tus comidas más cómodas. O aprovecha las paredes de tu espacio exterior para decorarlas al igual que has hecho en el interior, con platos decorativos, con cestas de fibras naturales o con cuadros que soporten las inclemencias del tiempo.