En el interiorismo nos encantan las proporciones y las reglas útiles para la decoración del día a día. Pero hay una proporción en particular que sirve para prácticamente TODO: se trata de la regla del 60/40. Una proporción esencial para quienes buscan crear espacios acogedores y bien proporcionados. Hoy te contamos cómo puedes aplicarla para aprovechar al máximo cada rincón de tu hogar.
La regla del 60/40 es un principio de diseño que ayuda a distribuir visualmente los elementos en una habitación. Todo con el objetivo de lograr un equilibrio estético. Consiste en utilizar aproximadamente el 60% del espacio disponible para los elementos principales, mientras que el 40% restante se reserva para áreas secundarias o complementarias.
Por otro lado, también ayuda a definir los espacios de vacío o de aire decorativo. Idealmente, el 60% de la habitación debería estar usada por muebles y el 40% libre de cualquier elemento.
En primer lugar, identifica los elementos principales de la estancia. En cualquier espacio, siempre hay elementos que deben destacar más que otros. Por ejemplo, muebles grandes como mesas de comedor, sofás o librerías. Estas piezas deberían ocupar cerca del 60% del espacio disponible. La gracia está en asegurarse de que estos objetos sean los que más impacto visual tengan. Así que si quieres invertir en un mueble de diseño, hazlo con uno de estos.
Luego, vamos a distribuir los elementos secundarios. Sillas y mesitas auxiliares, mesas de café, accesorios decorativos, lámparas de luz focal, etc. Según la regla del 60/40, estos objetos deberían ocupar el 40% restante del espacio destinado a muebles o accesorios (no a vacío).
Por último, ten en cuenta que la regla del 60/40 no se trata solo de medidas estrictas. Esta proporción ayuda a que el espacio se sienta más aireado y sereno. Asegúrate de que haya lugar suficiente para moverse cómodamente entre los muebles y que el flujo de la habitación sea natural. Volvemos a recalcar la importancia de generar vacío disponible en la habitación. Un 40% de esta debe estar despejada para que se perciba armónicamente. Recuerda que el equilibrio no solo es una cuestión visual, también es funcional.
Un buen ejemplo es el salón principal de casa. Aquí, el sofá, el mueble de la TV y la mesa de centro probablemente sean los muebles principales. El 40% restante puede incluir sillas, lámparas y estanterías. Este equilibrio asegura que la sala de estar no se sienta como un lugar agobiante. Cada elemento merece tener su sitio para brillar.
En el caso del dormitorio, casi siempre la cama es el punto focal. Junto al cabecero, ocuparía aproximadamente el 60% del espacio visual. El 40% restante se puede distribuir entre mesitas de noche, un escritorio pequeño o una butaca de lectura.
Las proporciones 60/40 no solo son útiles para los muebles y la distribución del espacio. También nos ayudan a elegir la mejor paleta cromática que aporte belleza y aire visual a las estancias. Esta variante también se conoce como la regla del 60-30-10. Está compuesta por una base de color principal, un color secundario y un color de acento.
Para habitaciones que requieren luz y claridad, idealmente usaremos un 60% de colores neutros. Un 30% lo destinaremos a tonos secundarios o variantes más acentuadas de los colores neutros escogidos. Utiliza el 10% restante para un objeto de color vibrante que aporte interés visual.
Por ejemplo, en el baño de casa puedes escoger una base de color crema para los azulejos del suelo y las paredes. El color madera podría ser el tono secundario, usando el 30% del cuarto: inclúyelo en la encimera y en algunos muebles auxiliares como un pequeño taburete. Finalmente, aprovecha el 10% en grifería de color negro y algún accesorio oscuro que aporte modernidad a la estética general.