Si la oficina cuenta con pocos metros cuadrados, lo mejor es hacer limpieza y prescindir de todo aquello que no se necesita. El minimalismo ha de ser una máxima en una oficina pequeña, porque si la abarrotas con muebles u objetos innecesarios parecerá aún más pequeña de lo que ya es.
Por esa misma razón, es importantísimo tener orden en la oficina. Sabemos que es difícil. Cuando uno empieza a trabajar a veces su mente necesita dispersión y tener papeles y cosas de por medio. Sin embargo, al acabar el trabajo, es bueno recogerlo todo para conseguir una sensación de orden que ayudará a que visualmente se engrandezca el espacio.
Al contar con pocos metros cuadrados y necesitar tener espacio para más de una zona de trabajo, es importante que la oficina esté bien distribuida.
Esa distribución dependerá un poco de la forma de la habitación. Si es rectangular, quizás lo mejor es colocar las mesas a lo largo. Mientras que si el espacio es cuadrado, en forma de L, será lo mejor. Siempre pegadas a la pared, para conseguir que el espacio fluya adecuadamente.
Es otro de los aspectos claves a la hora de decorar una oficina. Por un lado, porque tus ojos te lo agradecerán. Una mala iluminación puede hacer que fuerces en demasía tus ojos y por tanto, acelerar la falta de visión. Siempre que puedas, aprovecha al máximo la luz natural que entra por las ventanas, sin que se produzcan reflejos ni deslumbramientos en los dispositivos electrónicos.
Pero además de por salud, una buena iluminación también ayudará a que un espacio visualmente parezca más grande. La luminosidad agranda los metros cuadrados, así que no desaproveches esta ocasión. Como siempre, opta por una luz general y no olvides una luz focalizada en cada una de las zonas de trabajo.
En una oficina es importante que aproveches cada rincón como almacenamiento. Tendrás documentos, utensilios de escritorio y papeles que has de guardar. Así que si no tienes mucho espacio para poner un armario o un gran archivador, aprovecha la altura de la habitación para colocar baldas, o el hueco de debajo de la mesa para añadir una cajonera.
Para mantener el orden, usa cajas con etiquetas para organizar los papeles, archivadores de cartón o carpetas. El orden es fundamental para encontrar fácilmente lo que buscas en una oficina.
Como ya te hemos comentado, el tener muchos objetos que abarroten el espacio hace que la estancia parezca mucho más pequeña de lo que es. Por ello, los muebles que uses también deben ser ligeros y sencillos, para conseguir una ligereza visual que haga parecer más grande el espacio.
Olvídate de escritorios muy ornamentados y pesados y apuesta por mesas de cristal o de metacrilato, que permiten que se vea lo de alrededor y aporten ligereza al lugar. Lo mismo ocurre con las sillas. Procura que sean ergonómicas, para tu comodidad, pero busca modelos más ligeros, que no ocupen mucho espacio.
Otra buena opción es elegir muebles del mismo tono que las paredes, para que ambos se fundan en uno solo y visualmente se amplíe el espacio.
Y por supuesto, apuesta por tonos claros en las paredes y, a poder ser, que sean relajantes. Un espacio de trabajo no necesita de colores llamativos que alteren tus biorritmos. Es mejor optar por tonos suaves y calmados que ayuden a concentrarte.
Un color blanco, un beige, un crema o tonos pastel, como el azul, el verde o el amarillo son geniales para aportar color a la oficina, sin que ésta se vea pequeña ni te estrese su vivacidad.