Trabajar en un estudio pequeño puede ser complejo, lo sabemos. Los despachos necesitan espacio suficiente para facilitar la concentración e incitar a la tranquilidad. Sin embargo, existen algunas estrategias que transformarán el diseño de tu estudio pequeño para que parezca grande, amplio y aireado. Descubre cuatro consejos para maximizar el espacio y crear un entorno de trabajo cómodo y productivo.
El mobiliario multifuncional es protagonista cuando se trata de aprovechar los espacios pequeños. Y más aún si hablamos de un estudio, donde necesitaremos lugar suficiente para cables, ordenadores, libros y papeleo. Es importantísimo mantener el orden y la organización.
Los muebles multifuncionales ahorran espacio y ofrecen soluciones prácticas. Por ejemplo, en vez de un escritorio simple, elige uno con almacenamiento integrado. Busca modelos con compartimentos para documentos y dispositivos electrónicos. Algunos usan el espacio vertical añadiendo estanterías altas sobre la superficie.
Otra buena opción son las mesas plegables. Si tu estudio es demasiado pequeño, siempre podrás guardar la mesa de trabajo en un rincón y desplegarla cuando empiece tu sesión de trabajo o estudio.
Si tu estudio no cuenta con demasiado espacio, aprovecha al máximo las paredes y el techo del lugar. Es lo que denominamos espacio vertical, y pueden ser una gran fuente de almacenamiento.
En primer lugar, instala estanterías de pared que serán útiles para infinidad de objetos: almacenar libros o carpetas, incluso exponer piezas decorativas como plantas o pequeñas esculturas. Ten en cuenta que las estanterías abiertas ayudan a mantener una sensación de amplitud, dándole aire y espacio a tu pequeño estudio.
Por otra parte, puedes disponer de armarios altos que ocupen el espacio vertical del despacho. Te aconsejamos que guardes allí los objetos que no usas con demasiada frecuencia. Por ejemplo, cargadores, dispositivos tecnológicos que utilizas puntualmente, libros, archivadores, material de papelería, etc.
Finalmente, no olvides añadir ganchos percheros en las paredes. Podrás mantener tu ropa o bolso siempre ordenados. Es inevitable que, de vez en cuando, acumulemos algo de ropa en el estudio, sobre todo si pasamos largas horas allí. Mantendrás tus prendas organizadas y evitarás que se dispersen a lo largo del despacho.
Un estudio pequeño, al igual que todo espacio reducido, precisa de tonalidades claras que aporten luminosidad. Tonos como el blanco, el marfil o el beige, crearan una sensación de amplitud y altura.
No te aconsejamos realizar experimentos como pintar una pared de acento en colores oscuros. En cambio, apuesta por conservar la claridad lo más que puedas. Esto es vital para evitar la sensación de estrechez.
Asimismo, el uso estratégico de espejos ayudará a reflejar la luz natural y artificial. Colócalos en puntos determinados. Por ejemplo, frente a la ventana para ampliar la luz natural. También puedes poner un espejo de gran tamaño en la pared principal del estudio.
La iluminación adecuada puede transformar un estudio pequeño, haciéndolo parecer más grande y acogedor. Aprovecha al máximo la luz natural manteniendo las ventanas despejadas y utilizando cortinas ligeras. Recuerda esta máxima: la luz natural hace que cualquier espacio se sienta más amplio, abierto y aireado. Por lo tanto, lo ideal sería que aunque el despacho sea pequeño, cuente con al menos una entrada de luz exterior. Verás que no solo se maximiza visualmente el espacio. Los rayos de sol generan bienestar y vitalidad, además de aportar una luz saludable para el trabajo visual.
Por la noche, necesitarás disponer de diversas fuentes de luz que creen un ambiente acogedor. Es inevitable que a veces tengamos que trabajar en el despacho cuando el sol ya se ha escondido.
Ilumina por capas: combina lámparas de techo, apliques de pared y lámparas de pie, siempre que el espacio te lo permita. Las luces en el techo o los plafones son una excelente forma de utilizar el espacio vertical y obtener luz general en esta habitación.
Con estos cuatro sencillos trucos, pasarás de un estudio estrecho y apagado, a un despacho visualmente amplio.