La primavera es la época del año en la que empieza el buen tiempo, tras un largo invierno de días lluviosos y mucho frío. Es hora de llenar la casa de color, de alegría, de vitalidad. Es el momento de sustituir las pesadas cortinas, por otras más ligeras que dejen pasar la luz del exterior. Los días cada vez se alargan más y hay que aprovecharlo.
Los gruesos tejidos que nos han arropado en invierno, deben cambiarse por tejidos mucho más ligeros. Cambia la manta del sofá por un bonito plaid de algodón o lino, sustituye los cojines de terciopelo o lana por otros más ligeros. Y también cambia su color. La primavera invita a la alegría, por lo que los tonos amarillos, naranjas o rojos son bienvenidos, al igual que los estampados florales o de alegres motivos geométricos.
No olvides añadir algún jarrón con flores fresas, arregla tus plantas estropeadas durante la época de frío o sustitúyelas por otras nuevas. Es el momento de dejar entrar la naturaleza al interior del hogar.
En verano el calor manda y hay que decorar tu hogar con cosas que aporten frescura y ligereza. Los tonos vitaminados y alegres pueden dar paso a tonos más azulados y pasteles que inviten al relax y que den sensación de frescor.
Los tejidos deben ser naturales sí o sí, de algodón o lino, para que transpiren y no se te enganchen en la piel.
Abre las ventanas, que entre la brisa y la luz. Y si quieres cubrir las ventanas con cortinas, por aquello de la privacidad, hazlo con visillos casi translúcidos, que permitan el paso del poco aire que entrará.
Apuesta por decoraciones de cristal que aportan mucha más ligereza y sencillez al espacio. Hace calor y no quieres que haya muchos elementos de por medio que puedan darte mayor sensación de altas temperaturas.
Si quieres darle un toque algo marinero a tu hogar, incluye algún elemento marino en tu casa, como conchas marinas o alguna figurilla de madera sin tratar.
Puedes dejar el suelo desnudo o puedes sustituir tus alfombras por otras de fibras naturales, de yute o de sisal, para mantener cierta calidez hogareña, pero sin calentar.
Otoño es una época en la que apetece quedarse en casa. Hay muchos días lluviosos que invitan a pasar las tardes ante la tele viendo una buena serie. Es el momento de volver a hacer de tu hogar ese rincón acogedor y cálido en el que tanto te gusta estar.
Añade cubrecamas para las primeras noches de frío. Cierra las ventanas y cambia los visillos por cortinas más gruesas. Añade algún plaid en el sofá y muchos más cojines. Los que antes te molestaban porque te daban calor, ahora son bienvenidos.
Los tejidos vuelven a ser más gruesos. Apuesta por la lana o el terciopelo. Mientras que los colores empiezan a oscurecerse. Los tonos tierra, marrones, ocres y naranja son perfectos para dar ese toque otoñal a cualquier estancia.
No olvides añadir alguna vela aromática. Crearán ambientes confortables y muy entrañables en cualquier estancia de tu hogar.
Vuelve a desempolvar las alfombras, las mantas y los edredones. Los tonos cálidos del otoño también son bienvenidos en invierno, pero los tejidos han de ser más gruesos, si cabe, que en la estación anterior. Queremos estar cómodos y calentitos en casa, así que las mantas gruesas para el sofá han de estar sí o sí, los cojines con fundas de tejidos gruesos también y si tienes la suerte de tener una chimenea, encenderla para entrar en calor y crear un ambiente de lo más acogedor.
Añade alguna vela para crear ambientes ideales que inviten al relax, añade algunos ornamentos más pesados a tu decoración y no olvides acurrucarte en el sofá.
