Las buhardillas pueden parecer espacios complicados de decorar, por aquello de tener los techos inclinados, en ocasiones pilares de por medio que son estructurales o paredes muy bajas. Sin embargo, todo es cuestión de adaptar los elementos decorativos al espacio, para conseguir una estancia de diez.
Las opciones son muchas. Es un espacio extra que puedes usar cómo más te convenga. Eso ya lo decides tú. Eso sí, dadas sus peculiaridades, es mejor que uses el espacio de forma diáfana, para conseguir un efecto wow.
Las buhardillas suelen tener los techos llenos de vigas de madera. Aprovéchalas, para dar carácter a la estancia. Puedes pintarlas de blanco al igual que el resto del techo, para dar claridad al espacio y que todo quede unificado, o puedes destacarlas dejándolas en su color natural de madera. Eso ya dependerá un poco de tu estilo.
Si tu buhardilla no tiene vigas, no descartes incorporarlas para darle un toque especial. En el mercado existen vigas falsas de fibra de vidrio o poliéster, que son muy ligeras y fáciles de instalar, con un resultado muy natural.
Las buhardillas suelen ser lugares oscuros que no cuentan con ventanas o, si existen, suelen ser escasas. Si no puedes instalar una ventana en la pared, piensa en colocar claraboyas en el techo inclinado. Aportarán toda la luz natural que necesitas para dar luminosidad a tu nuevo espacio y quedan genial.
Es otro de los posibles inconvenientes que puedes encontrarte en tu buhardilla. Es una de las partes estructurales de la casa y, por tanto, hay ciertos elementos que son inamovibles si no quieres que tu hogar se venga abajo. Estará allí sí o sí. Así que lo mejor es disimularlos lo mejor que puedas con la decoración.
Lo mejor es integrarlos en el ambiente, escondiéndolos dentro de un armario a medida o cubriéndolos con paneles a juego con los que también has colocado en la pared, por ejemplo.
La baja altura de algunas partes del techo dificulta el poder usar muebles normales. En ese espacio es bueno que pienses en muebles bajos que te sirvan de almacenaje, aunque lo mejor es usar muebles a medida que se adapten perfectamente al espacio.
Otra buena idea son los muebles modulares. Con ellos puedes sortear la inclinación del techo, usando diferentes alturas con los diferentes módulos del mueble.
Al estar bajo tejado, las buhardillas suelen ser lugares en los que en verano hace mucho calor y en invierno uno se congela. Por eso es imprescindible una buena climatización que te aporte calefacción y aire acondicionado para sortear los cambios de temperatura y sentirte siempre a gusto.
Si es importante planificar cómo vas a diseñar el espacio de cualquier estancia, en el caso de las buhardillas todavía más, ya que has de tener en cuenta la altura de los techos. Coge lápiz y papel y comienza a buscar diferentes opciones, teniendo en cuenta si, lo que quieres colocar en cada rincón, está condicionado por la altura o no.
Por ejemplo, si usas la buhardilla como dormitorio extra, estudia dónde poner la cama. Porque si la pones en la parte más baja quizás te agobie tener el techo tan cerca o te des un cabezazo al levantarte cada día. O si piensas en tener un baño en esta zona, presta atención dónde pones la ducha, para no tener que agacharte y lavarte incómodamente.
No es complicado. Solo debes usar la lógica, adaptar los muebles a la estructura del espacio y conseguir que sea funcional. Luego añade toques estéticos que muestren tu estilo y personalidad y hazla tan confortable como te sea posible. Ya solo te quedará disfrutar de tu nuevo espacio.