El dormitorio es la estancia de tu hogar en la que más necesitas relajarte. Allí vas a descansar y, por tanto, debe ser un espacio que invite a la tranquilidad y a la calma. Que no te altere más de lo que ya estás, tras una larga jornada de trabajo. Por ello, es fundamental que su entorno ayude en ese propósito.
Lo mejor es usar colores suaves y relajados para las paredes, que te ayuden a conciliar el sueño. Tonalidades como el azul cielo, los tonos neutros o un verde suave. Olvídate de colores vitaminados que, aunque bonitos, solo conseguirás que te exaltes. O de estampados muy extremados que, aunque indique cuál es tu personalidad, tampoco te calman el ánimo.
En esa misma tesitura de facilitar el sueño, es bueno que en tu dormitorio tengas una luz principal que ilumine la estancia adecuadamente, pero también otros puntos de luz con iluminación mucho más tenue que invite al sueño.
Es preferible la luz cálida, ya que es la que es más parecida a la luz solar y, por tanto, más tranquilizadora y acogedora.
Un espacio que busca ser acogedor y relajado ha de tener en cuenta todos los sentidos, incluido el olfato. Es importante que tu dormitorio huela bien, con aromas que calmen, poco estridentes o perfumados.
Son geniales las velas aromáticas que, además de proporcionarte una luz tenue, desprenden muy buen olor, o los dispensadores de aceites esenciales, ideales para relajarte.
Otro aspecto a tener en cuenta para conseguir un dormitorio acogedor es el orden. Te será imposible conciliar el sueño si tu dormitorio parece un campo de batalla, entre ropa tirada por el suelo, zapatos por doquier y maquillaje esparcido por todo el tocador. Un espacio ordenado es un espacio que invita al relax y a olvidarse de todo. Si tienes todo manga por hombro es posible que no puedas dormir pensando en que tienes que recoger eso o guardar aquello.
¿Hay algo que diga más a gritos que eso es cómodo que unos buenos cojines? No te cortes en inundar tu cama de tantos cojines como quieras. Además de decorar el cabecero de tu cama y de aportarte mucho confort, son el elemento fundamental para aportar un poco de color a la decoración del dormitorio o añadir ese estampado que tanto te gusta y que es mejor que no pongas en las paredes.
Ambos elementos son de los más acogedores. Las cortinas porque sin ellas puedes perder toda tu privacidad, pero además porque al vestir las ventanas aportan mucha calidez al espacio y lo hacen más acogedor.
Una bonita alfombra, porque es un imprescindible para no notar el frío suelo al levantarse uno de la cama y porque también decoran delimitando la zona de descanso del resto de la habitación.
No escatimes en gastos a la hora de vestir tu cama. Al fin y al cabo allí pasas la mitad de tu día, descansando. Elige sábanas de algodón, de cierta calidad, que sean cálidas y suaves. Y un edredón mullido que te diga que ya es la hora de acostarte. No olvides añadir una manta a los pies para las noches más frías.
Procura que esa ropa de cama sea de un tono a juego con la decoración de tu dormitorio, que aporte color a una estancia predominantemente monocromática con sus otros elementos, o apuesta por el siempre perfecto blanco. Cualquier opción es buena, siempre que te sientas a gusto en tu dormitorio y de lo más acogedor.