La iluminación es un elemento clave en todo tipo de interiorismo y decoración. Y si hablamos del diseño de dormitorios, con mayor razón. Este espacio tan personal es una zona dedicada al descanso y a la relajación, aunque también a la lectura y a veces al trabajo o al estudio. Por ende, cuidar las fuentes de luz y dónde ubicarlas, es importantísimo para mantener un ambiente agradable.
La iluminación en el dormitorio no solo tiene una función práctica, sino que también influye en promover un buen descanso y un sueño de calidad. De hecho, si las luces del dormitorio son demasiado intensas o frías, podrían resultar molestas para quien habita ese espacio. Asimismo, las luces muy bajas o una iluminación insuficiente nos puede impedir leer antes de dormir o encontrar nuestras pertenencias en la mesita de noche. El equilibrio es fundamental para un dormitorio bien iluminado.
Para lograr una iluminación adecuada, es clave combinar tres tipos de iluminación artificial: general, focal y ambiental. Y por supuesto, aprovechar al máximo la luz natural. A continuación te contamos cómo incorporar cada uno de estos tipos de iluminación en el dormitorio. Recuerda que es mejor diversificar fuentes de luz en vez de quedarnos con una sola.
La iluminación general es la fuente principal de luz en el dormitorio y suele provenir de una lámpara de techo o de varios plafones. Es importante que esta lámpara sea lo suficientemente brillante como para iluminar toda la habitación uniformemente. Debería tener un nivel de iluminación de entre 100 y 200 luxes. Las lámparas de techo con reguladores de intensidad son una excelente opción, ya que permiten ajustar la luminosidad según la actividad o el momento del día.
Si tu dormitorio es amplio, complementa la iluminación general con lámparas de pie que generen una atmósfera más íntima. Elegir pantallas opacas de tela, papel o vidrio matizado ayuda a filtrar la luz. ¡Crearás una atmósfera súper relajante!
La luz focal nos alumbra cuando realizamos tareas específicas como leer, maquillarnos o trabajar. Para la lectura nocturna, las lámparas de mesa o apliques de pared junto a la cama, son ideales. Eso sí, estas lámparas deberían contar una luz dirigida y ajustable para evitar deslumbramientos.
Si necesitas iluminación para maquillarte, ubícalo cerca del tocador o del espejo. Utiliza una luz neutra distribuida verticalmente a cada lado del espejo.
La iluminación ambiental es fundamental para crear una atmósfera relajante en la habitación. Consigue una bonita iluminación ambiental a través de luces indirectas, es decir, apliques de pared, guirnaldas de luces LED que sean cálidas o lámparas con pantallas traslúcidas. El nivel de iluminación ambiental recomendado es de unos 50-70 luxes. Es más que suficiente para moverse por la habitación sin tropezar, pero sin ser invasivo para la vista.
Por último, no debemos olvidar la fuente de luz más importante de cualquier estancia: los rayos de sol. Aprovecharla al máximo es excelente para el bienestar y para reducir la dependencia de la iluminación artificial durante el día. Si tienes la suerte de contar con una ventana al exterior, te recomendamos aprovechar la entrada de iluminación en u habitación.
En primer lugar, intenta mantener las ventanas del dormitorio libre de obstáculos. Elige cortinas que sean de materiales ligeros o persianas fáciles de abrir. Durante el día, debería poder entrar la mayor cantidad de luz natural disponible.
En segundo lugar, te recomendamos colocar espejos de forma estratégica a lo largo del dormitorio. Los espejos no solos son útiles para vernos y arreglarnos, sino que también reflejan y distribuyen la luz natural en la habitación.
Por último, intenta usar una paleta de colores suaves y claros. La decoración del dormitorio debe ser en tonos neutros, blancos, grises o beige, aunque sea en las paredes y principales muebles. Esto ayudará a que la luz se perciba por todo el lugar, haciéndolo parecer más luminoso y amplio.
En cuanto a la disposición de las luces en el dormitorio, ten en cuenta que esta debería ser estratégica. Aquí te compartimos algunas ideas para organizar las luces artificiales de tu habitación:
Instala una lámpara de techo en el centro de la habitación para proporcionar una iluminación general. Si el dormitorio es grande, considera usar varios puntos de luz o una lámpara de araña que disperse la luz de manera uniforme.
Ubica lámparas de noche a ambos lados de la cama para. Te recomendamos elegir lámparas con pantallas que dirijan la luz hacia abajo y que no sean demasiado brillantes o agresivas para la vista.
Si tienes un armario grande, considera instalar luces dentro del mismo para facilitar la búsqueda de ropa. Las guirnaldas de luces LED son prácticas y las encontrarás en diseños muy variados.
Los apliques de pared son perfectos para conseguir una luz suave y difusa. Colócalos en los laterales de la cama o en las paredes adyacentes para crear una iluminación ambiental.
¿Con cuál de estas ideas te quedas? ¿Ya estás pensando en cómo distribuir la iluminación y qué tipos de lámparas poner en tu habitación?