Por supuesto, todo dependerá de dónde quieras colocarla y del espacio en el que van ubicadas. No es lo mismo colgar una lámpara sobre la mesa del comedor, que situarla sobre una cama. Tampoco es lo mismo, tener que colgarlas en una casa con techos altos que en una con los techos demasiado bajos. Aunque existen unas medidas óptimas para cada caso, debes ser coherente y adaptarlo a tus circunstancias.
Lo ideal es que en una estancia coloques más de una lámpara para conseguir la iluminación que desees en cada momento y puedas jugar con ellas. Dicho esto, has de tener en cuenta dónde va a ir situada. Ya que, por ejemplo, en pasillos y lugares de paso, es mucho mejor optar por luminarias empotradas o plafones en el techo que no entorpezcan el paso. Mientras que sobre la mesa del comedor siempre quedará mejor una lámpara colgante que ilumine a todos los comensales.
Para un techo de una altura estándar, la ubicación adecuada de un colgante está sobre una altura de 2,20 metros del suelo. De esta forma, podrás pasar bajo ella sin tener que esquivarla. Si tus techos son muy bajos, estéticamente será mejor que optes por algo más cercano al techo, evitando los colgantes. Si a pesar de ello, prefieres una lámpara colgante, ten en cuenta que debe estar a una distancia lo suficientemente alejada del suelo para que puedas pasar bajo ella sin problemas.
Para las lámparas del comedor es fundamental tener en cuenta la forma de la mesa. Para mesas circulares puedes optar por un solo colgante. Mientras que para mesas cuadradas o rectangulares quedará mejor una luminaria alargada o varios colgantes situados linealmente. Además, su tamaño no puede exceder el de la mesa y debe iluminar a todos los comensales por igual. Sin sombras, ni reflejos.
Respecto a la altura, la norma dicta que debe estar entre 75 y 80 cm sobre la mesa. Aquí, tengas los techos altos o bajos, debes respetarlo. Porque si colocas la lámpara por debajo de esta distancia puede ocurrir que tus invitados no se vean las caras. O si la colocas demasiado alta, la luz no será suficiente.
En el dormitorio, es aconsejable tener una luz principal de techo y unos apliques o sobremesas para las mesillas de noche. En el caso de querer colgar un colgante sobre la cama, debes colocarte de rodillas sobre el lecho y que ésta no te toque. Una altura óptima son 80 centímetros desde el techo. Pero, como siempre, dependerá de su altura y del efecto que quieras conseguir.
Otra buena opción de iluminación son los apliques. Su situación también debe seguir unos parámetros. Si los colocas demasiado arriba en la pared, puede que se pierda la iluminación que proporcionan hacia arriba. Y si los colocas demasiado abajo, pueden reflejar la luz y molestar a los ojos. La regla general indica que debes situarlos entre 1,9 y 2,2 metros. Dejando espacio arriba y abajo, para que luzcan en todo su esplendor y no te moleste la luz al pasar junto a ellos.
Respecto a los focos empotrados, que solucionan muchas decoraciones por su simplicidad, también hay unas normas a seguir. Debes tener en cuenta a qué distancia colocas cada uno de ellos. Ni muy juntos, ni muy separados. La separación entre uno y otro no debe ser mayor al 75% de la altura del techo. Es decir, si la distancia de suelo a techo mide 3 metros, la distancia entre los focos empotrados no debe ser superior a los 2,25 metros.