En esta primera inspiración hemos fusionado la calidez con los toques contemporáneos. Se ha conseguido un espacio muy acogedor, pero también muy característico y singular. La mesa, robusta y de teca maciza barnizada, se convierte en el corazón del comedor. Por otro lado, las sillas añaden textura gracias al borreguito blanco con que están vestidas.
También destaca la iluminación natural que fluye a través de amplias ventanas, realzando la belleza de los materiales naturales y la paleta de colores neutros. La vitrina de madera, un mueble clásico, ofrece almacenamiento práctico y exhibe vajilla y elementos decorativos.
Para este diseño, hemos elegido una paleta de colores que recuerda la tranquilidad de la tierra y la naturaleza. Es una propuesta de aires rústicos y vintage. Cada elemento ha sido seleccionado para traer al presente lo mejor de las antiguas casas de campo.
Destacan las piezas de cerámica en la alacena, los textiles de fibras naturales y los muebles de madera maciza. En este sentido, las sillas también siguen el mismo juego, pues mezclan piel y madera para darle un toque único a toda la estancia.
La vida rural se manifiesta en este comedor gracias a los accesorios y materiales que hemos elegido. La madera, las plantas, las fibras naturales y los ladrillos en las paredes nos transportan a unas vacaciones en el campo. Destacan los elementos decorativos escogidos con detalle, como los cuadros de motivos florales y la impresionante lámpara de techo de bambú.
Este comedor fue pensado para una casa de playa, por lo que prioriza un espacio con apertura visual hacia el salón. El punto focal, sin duda, es la robusta mesa en roble macizo. Una pieza de diseño que ofrece flexibilidad al ser extensible. Además, nos regala un grado de modernidad muy tenue para complementar este comedor rústico.
Finalmente, la paleta de colores neutros, junto con el uso extensivo de madera en su estado más natural, infunde un ambiente relajado.
En esta propuesta, todo gira alrededor de una mesa redonda muy particular y encantadora. La base en forma cónica sostiene la superficie lisa y se rodea con sillas de roble en blanco marfil. Un mueble que nos regala una sensación de autenticidad total.
Cada detalle ha sido pensado para reforzar la conexión con el entorno natural, desde las plantas altas hasta los accesorios como el espejo redondo.
En este salón comedor predomina un estilo rústico muy sereno y de líneas limpias. Lo hemos complementado con accesorios de diseño nórdico, tales como las lámparas de techo o las sillas color terracota.
Asimismo, destacamos la presencia de madera natural en los principales muebles como la mesa o la vitrina. Esto le da un tono cálido a toda la estancia, consiguiendo así lo mejor de los estilismos nórdicos y rústicos.
En esta ocasión, escogimos un abanico de colores neutros y acogedores. Como resultado, hemos diseñado un comedor rústico, pero muy elegante. Además, la madera en techos y suelos ha dado como resultado un ambiente que nos deja una agradable sensación hogareña.
El mobiliario, por su parte, está inspirado en el estilo nórdico. La mesa extensible de roble se adapta a cualquier tipo de reunión. La rodean sillas de acacia y un banco a juego bajo un espejo enmarcado en madera natural.
Nuestra última inspiración es este salón comedor rústico con toques vintage y coloniales. En un reducido espacio, hemos logrado un entorno cálido, elegante y clásico. Resalta el suelo de madera pulida que refleja la luz natural en las paredes blancas y el espejo vertical. Optamos por una gama de blancos, beiges y tonos madera muy acogedores. Finalmente, destacamos las sillas blancas con rejillas y las patas curvas del comedor que cierran el estilo rústico de este salón comedor.