En una sola estancia o en una casa completa, la creatividad del interiorismo no tiene límites. En esta ocasión, te mostramos las tres propuestas de diseño que presentamos a uno de nuestros clientes. Su petición era renovar un dormitorio doble de tamaño pequeño-mediano. Para ayudarlo, la diseñadora Paula Alonso, miembro de nuestro equipo, preparó tres propuestas diferentes que ofrecen un espacio de descanso y relajación. Verás que en todas ellas predomina el uso de colores claros, las piezas de madera y los textiles suaves. Así, cada una de estas versiones apunta a crear una habitación serena, diseñada especialmente para favorecer el sueño reparador, el silencio y la armonía visual. ¡Anímate a sacar las mejores ideas para tu propia habitación!
En esta primera propuesta, lo primero que destaca es el fantástico cabecero desenfundable en color crema. Fíjate en lo acogedor que queda combinado con los otros textiles de la cama, como la manta y el cojín. Los listones de madera ubicados a los costados de la cama crean una estructura simétrica, ideal para facilitar mentalmente el descanso y promover una idea de calma en la habitación.
Para continuar con este equilibrio visual, se optó por iluminar las mesitas de noche con apliques empotrados en la pared. Son dos piezas de color negro que combinan con la lámpara de techo y consiguen un aire contemporáneo muy adecuado, sutil y encantador. Por otra parte, las mesitas cuadradas fabricadas en madera añaden un toque cálido, aunque moderno, gracias a las terminaciones rectas de los muebles.
Evidentemente, los toques naturales no pueden faltar. En vez de instalar plantas naturales que, reconozcámoslo, no sobreviven en entornos cerrados como el dormitorio, colocamos un bonito árbol artificial. Sumado a la alfombra que viste el suelo y a los muebles de madera, el resultado es increíble.
Para esta versión un poco más moderna, optamos por un cabecero de puntas redondeadas en color blanco. Como ves, las formas curvas suavizan la frialdad de los colores claros. De la misma forma, lo hace el espejo redondo sobre la cómoda y las pantallas textiles de las lámparas. En esta línea, se optó por revestir la pared del cabecero con un papel pintado de apariencia espigada, ideal para dotar de textura y calidez al ambiente.
En este segundo caso, los elementos naturales tampoco pueden faltar. Sin embargo, en la propuesta destaca el detalle del cuadro decorativo sobre el cabecero. Esta elección especial y aparentemente simple aporta una dosis de arte, frescura y serenidad al dormitorio. Asimismo, el estilo minimalista del cuadro permite seguir jugando con los colores claros, pero añadiendo texturas y relieves sobre la obra.
Un consejo: un cuadro grande, en vez de varios cuadros pequeños, puede ser una buena opción si tu dormitorio no es muy amplio. Conseguirás un punto focal justo arriba del cabecero y no saturarás visualmente el ambiente.
Al igual que la propuesta anterior, en esta también se optó por un cabecero de bordes redondeados. Esta vez, se eligió una pieza en color beige que aporta un toque elegante y suave al ambiente. Para que el cabecero reine con todo el protagonismo que merece, las paredes se dejaron lisas, pintadas en un agradable blanco roto.
Las lámparas sobre las mesitas de noche hacen una excelente combinación con el cabecero. Al ser de un tono más cálido que el resto de la decoración, la iluminación también debe adecuarse y ser más suave. Las bases cerámicas de las lámparas añaden un toque especial gracias a la textura estriada. Así, se crea un festival de texturas junto a la madera natural y la alfombra tejida.
Ya hemos revisado cada una de estas propuestas. Todas transforman el estilismo de la habitación de maneras sutilmente diferentes, pero adaptándose siempre a los gustos y necesidades del cliente. Más allá de las tendencias, lo importante es crear un ambiente armonioso que nos permita descansar bien y profundamente. Y tú, ¿con cuál de estas tres versiones te quedas?