Ambos son perfectamente válidos. No hay uno mejor que el otro. Un papel claro con un patrón pequeño ayudará a que la habitación parezca más grande de lo que es, mientras que un papel más oscuro o con un patrón más grande consigue aportar mucha profundidad al espacio y mucha calidez.
La decisión es tuya. Eso dependerá un poco del espacio del que dispongas y de lo que quieras transmitir con él. Si solo quieres aportar algo de color a la habitación o llamar la atención de todas las miradas.
Por supuesto. Esa es otra de sus ventajas. El papel pintado ayuda a disimular, tanto el gotelé como aquellas pequeñas imperfecciones que tenga la pared. Eso sí, debe ser un papel pintado con cierta textura para disimular esas irregularidades, sin tener que alisar previamente la pared.
Es una gran solución para aquellos pisos anclados en los 80’s que quieren renovarse y actualizarse. Tener que sacar el gotelé de toda una habitación puede ser un gran fastidio, que se puede solventar con un bonito papel pintado.
Perfectamente. Lo único que has de tener en cuenta es que el papel pintado elegido sea resistente a la humedad que se produce tanto en la cocina como en el baño. Además, por sus características también suelen ser papeles pintados que se pueden limpiar fácilmente.
Por supuesto que sí. Es una forma sencilla de poder darle a tu hogar un lavado de cara sin necesidad de hacer grandes reformas. Solo has de tener en cuenta lo que ya hemos comentado con el gotelé. Es decir, que el papel elegido tenga cierta textura para poder disimular más fácilmente las posibles irregularidades provocadas por la junta de los azulejos o la madera.
Actualmente es sencillísimo. Olvídate de los viejos tiempos cuando empapelar una pared era un arduo trabajo y tenías que ser un manitas. Primero debías encolar la pared y, al tiempo, encolar el papel. Darte presa para que no se secara ninguna de las dos partes y, lo más importante, si se trataba de un papel estampado, casar los dibujos.
Por suerte, hoy en día eso ha pasado a la historia. Existen papeles pintados autoadhesivos o vinílicos que te facilitan mucho la vida, aunque los arreglos del hogar no sean lo tuyo.
Lo mejor es colocar el papel pintado en la que es la pared principal de la habitación. Ya se trate de un papel liso, con textura o estampado, llamará la atención al ser diferente al resto de las paredes. Después solo tienes que usar colores para el resto de la decoración que contraste un poco con ese papel, para darle protagonismo. Si a ello, le sumas además una iluminación que priorice esa pared y la resalte, conseguirás que al entrar en esa estancia todas las miradas se dirijan a tu bonito y nuevo papel pintado.
En mayor o menor medida el papel pintado siempre ha estado de moda y lo seguirá estando. Es un elemento decorativo más de todo diseño y ya conoces algunas de sus bondades. Además, siempre puedes optar por un papel pintado con un diseño atemporal, más liso o de tono más neutro, para que no pase de moda.
Cada año aparecen nuevos modelos acordes a las tendencias y a los colores del momento. Pero, como hemos comentado que es fácil de instalar, si eres una fashionista decorativa, siempre puedes cambiarlo cada cierto tiempo para adaptarte a las modas de cada temporada.