Salones modernos y rústicos: ideas para un salón que combina lo mejor de ambos mundos

La respuesta es sí. En el diseño de interiores siempre es posible mezclar diferentes estilos. El único problema es hacerlo acertadamente y que la composición no resulte una amalgama de cosas sin sentido. En el caso de mezclar el estilo rústico con el moderno es relativamente fácil, ya que, aunque no te lo parezca, tienen muchas cosas en común. Te lo contamos.
Publicado por Laura Pou · 12 de noviembre de 2024
Salones modernos y rústicos: ideas para un salón que combina lo mejor de ambos mundos

Cómo es el estilo rústico

El estilo rústico es aquel que siempre se relaciona con las casas de campo, en el que la madera está muy presente, así como elementos naturales, la piedra o la artesanía. Sus muebles suelen ser un poco ornamentados, pero siempre son de madera. Sus colores preferidos son los tonos claros para la base con pinceladas de color en accesorios. 

A este estilo le gustan las vigas en los techos, las paredes de piedra o las chimeneas. Pero también las cosas hechas a mano, incluso imperfectas.

Cómo es el estilo moderno

El estilo modeno es algo más simple. Le gustan las líneas sencillas. Con muebles de líneas rectas que, además de bonitos, sean funcionales. Sus colores preferidos vuelven a ser los neutros y claros. Pero a diferencia del estilo rústico, aquí sus materiales preferidos son los de estilo industrial, como el acero o el latón.

En este estilo no debe faltar alguna obra de arte, así como algún mueble o elemento de renombre. De aquellos que forman parte de la historia del diseño.

Cómo mezclarlos

Al mezclar ambos estilos conseguirás un estilo rústico sofisticado y chic. Una decoración que moderniza el diseño de las casas de campo para adaptarlos al estilo de vida de la ciudad. Con toques que te conectan con la naturaleza, pero con elementos que son prácticos y funcionales para sobrevivir al día a día en una gran urbe.

La mejor opción es empezar por una base blanca o clara. Ambos estilos lo comparten, así que no es un problema. De esta manera, conseguirás que los espacios se vean más grandes y con mucha más luminosidad. Además, será como un lienzo en blanco con el que empezar a decorar.

Por supuesto la madera también ha de estar presente. Principalmente en los muebles. Pero cuidado. Olvídate de esos muebles regios y ornamentados que tanto gustan al estilo propiamente rústico y apuesta por muebles de madera de líneas sencillas, más propios del moderno.

A estos muebles es bueno que les incorpores algún toque metálico, para conectarlo con el estilo moderno. La mejor opción es el metal negro. Con ello conseguirás un plus de sofisticación, al tiempo que unirás ambos estilos sin mucho esfuerzo. Piensa en alguna mesa de centro con el sobre de madera y las patas de metal para el salón, en incorporar alguna lámpara metálica para dar luz al comedor o un espejo con el marco de metal negro para tu vestidor.

Añade algún otro color a través de los textiles, que es la opción más sencilla para jugar con la decoración y no aburrirte. Porque cuando te canses o deje de gustarte, siempre te será más fácil cambiar un cojín que la tapicería entera del sofá.

Esos colores es mejor que sean suaves y empolvados, pero tampoco descartes añadir algún color más intenso, aunque solo sea en pinceladas muy pequeñas. Con ello puedes conseguir que tu decoración suba de nivel. El truco está en no combinar más de tres colores. Uno para la base, otro para elementos secundarios y un tercer color de acento.

No olvides añadir a tu diseño alguna obra de arte abstracta con la que resaltar una pared. Sin duda, se llevará todas las miradas y aportará ese toque moderno que necesita tu decoración. Si puedes, opta por una obra de tamaño XXL, llamativa, y de tonos similares a los de la decoración.

Tampoco olvides incorporar alguna pieza de diseño. Lo más sencillo es hacerlo con alguna lámpara. De esas que, a pesar de contar con varias décadas, siguen siendo tendencia por su diseño atemporal.

Con esta combinación, entre el estilo rústico y moderno, conseguirás un hogar cálido y sofisticado a partes iguales. Con el encanto de una casita en el campo, pero con los elementos necesarios para vivir en la ciudad. Un rústico moderno que enamora a cualquiera y que se ha convertido en un must de la decoración de interiores.

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