Desde hace muchos años lo nórdico vende. Las líneas rectas, los muebles claros, la madera de los bosques suecos han entrado en casi todos los hogares. Todo el mundo sueña con un estilo decorativo ordenado y muy hogareño. Con conversaciones alrededor de una mesa de madera clara (¡por supuesto!) y unas ollas y sartenes perfectamente ordenadas en una cocina abierta el salón.
El maximalismo llega para romper con esta tendencia. Para mezclar. Para personalizar. Para escoger los colores más imposibles. Y para dar rienda suelta a tu creatividad. Opta por combinaciones inverosímiles. ¿Te atreves a ser maximalista?
Para que nos entendamos: el estilo maximalista se compara con el barroco. Es pomposo e inspirador. El barroco es un estilo arquitectónico desacomplejado y que busca el contraste. Así lo intentaremos a la hora de decorar nuestra casa con un estilo maximalista.
La podemos buscar en diferentes tendencias: mezclar muebles de línea futurista y muebles de artesanía antigua y valiosa.
Los colores, las telas, los materiales se mezclan maravillosamente mientras que la luz tiene la tarea de hacer que las decoraciones sean aún más preciosas.
Los materiales que se encuentran en el hogar maximalista son diversos. La madera nunca puede faltar en unos muebles que se adivinan de alta calidad. La caoba y el ébano, a menudo muy rechazados en los últimos años por ser recargados, vuelven con fuerza en esta nueva tendencia.
Abundan los tejidos, utilizados para las grandes alfombras de colores y texturas a veces indescriptibles mientras que en los sofás y camas se utiliza lo mejor de los materiales utilizando fibras naturales, algodón o lino. El metal también es un buen aliado: se puede encontrar en algunas mesas de centro o mesitas de noche elegantes.
¿Te imaginas un archivador fucsia? Pues sí. Es posible. Deja rienda suelta a tu imaginación. Los muebles que se destinan a la oficina en casa también pueden encajar con el metal y si se saben combinar con colores vivos y un sofá de grandes dimensiones te puede quedar un rincón de trabajo súper original.
Barroco, rococó. Son los estilos que más se repiten a la hora de comparar el maximalismo con algo ya conocido. Rococó nos evoca al París de Versalles. A las salas infinitas, a pelucas blancas y a inmensos candelabros. ¿ Por qué no traer un poco de toda esta ostentación a nuestros días? Los candelabros son uno de los elementos escogidos para dar el toque chic a cualquier estancia.
El maximalismo recupera los papeles pintados en todo su esplendor. Las paredes se convierten en auténticos cuadros donde podemos imprimir nuestros verdaderos sueños. Un animal de la selva. Las plantas más exóticas. Un cuadro empapelado en la pared. Estas son algunas de las opciones que te aconsejamos si el estilo maximalista ya se está adueñando de ti.
Originales y de colores vivos. Aléjate del patrón que te lleva al mimbre o al yute. ¿Por qué no escoger una alfombra amarilla y combinarla con unos cojines a juego?
El estilo maximalista busca el arte para mostrarlo. Cuadros de grandes dimensiones en las paredes y objetos de escultura en cada rincón. Es un estilo decorativo que lleva el arte llevado a la máxima potencia.
La gracia de mezclar y de ser tan hiper exagerado en la decoración es que luego nos sintamos cómodos. Nuestra casa no tiene que convertirse en un Museo de los Horrores sino en un sitio en el cual nos sintamos como en casa. Recuperar algún objeto de casa de nuestros padres como una cama de caoba antigua o un mueble bar puede dar el toque que andas buscando para que tu estilo maximalista acabe de encajar a la perfección.