Una de las tendencias que ha llegado con más fuerza en este nuevo año es el Bold. Aquella en la que predominan las formas redondeadas u ovaladas, las líneas curvas y las líneas sinuosas. Las curvas están de moda y el comedor es una de las estancias en las que es más fácil incorporar esta propuesta.
Esa búsqueda de formas orgánicas, por aquello de seguir trayendo la naturaleza al interior de nuestro hogar, son fáciles de aplicar en un comedor. ¿Qué tal con una mesa redonda y unas bonitas sillas a juego? Además de estar de moda, son mucho más prácticas que las cuadradas. Ocupan menos espacio, los comensales pueden interactuar más entre ellos y dan mayor sensación de amplitud a cualquier estancia, por no tener esquinas.
Las sillas tampoco se quedan atrás en eso de las curvas. Las propuestas apuntan a asientos con respaldos redondos envolventes, tipo butaca y con reposabrazos. Con tapicería de colores intensos, entre los que destaca el terracota.
Porque, aunque siguen sin dejarnos los colores neutros, los colores tierra, beige más oscuros y marrones empiezan a ganar protagonismo. Unidos a colores más profundos, como el verde o el azul, que puedes aplicar en cojines, cortinas u otros objetos decorativos del comedor.
Unos elementos decorativos en los que prima la artesanía y los materiales naturales. Las cerámicas hechas a mano, los jarrones de barro y, por supuesto, aquella vajilla imperfecta que compraste y que no has utilizado nunca. Ahora puedes lucirla en todo su esplendor en la alacena o las estanterías que pondrás en tu nuevo comedor.
Y no olvides colocar bajo la mesa una bonita alfombra. Están volviendo con fuerza e inundarán, sin darnos cuenta, toda la casa. Por supuesto, como el resto de decoración, será redonda. A juego con la mesa y las sillas. Y de fibras naturales como el ratán, el yute o el sisal. Procura que sea de tamaño mayor al que ocupa la mesa. Debe sobresalir, incluso con las sillas a su alrededor.
La tendencia de utilizar materiales naturales sigue en auge. La madera continúa sin ser desbancada, pero cambia un poco de color, pasando del natural a un tono más oscuro, como el roble o el nogal.
Y empiezan a aparecer materiales, olvidados durante un tiempo, que ahora vuelven a ocupar nuestros hogares en pequeñas pinceladas, como es el caso del mármol. Su presencia, de momento, es puntual. En algunos revestimientos de pared o de algunas superficies, como la parte superior de la mesa de comedor. Es un material que aporta elegancia y un toque de glamour, difícil de conseguir con otros materiales naturales.
Todo buen comedor debe tener sobre la mesa una bonita lámpara que ilumine a los comensales. En una temporada en la que lo orgánico está en boga, las lámparas también siguen esta tendencia. De esta forma, se llevan los colgantes en forma de bola o circulares, de cristal o de cerámica, así como de rafia e incluso de papel.
En lo referente a los textiles, los estampados con motivos circulares llenarán nuestras mesas. En forma de manteles o en los dibujos de las vajillas que presidirán tu mesa. Para los más atrevidos, este estampado geométrico también es una buena opción como tapicería de sillas o butacas que complementen la decoración de tu comedor.
Finaliza la decoración con espejos de diferentes tamaños o con grandes obras de arte que focalicen la atención sobre una de las paredes. Y si cuentas con alguna estantería, llénala de piezas de artesanía imperfectas, que denoten que están hechas a mano.