Es un estilo con cierto aire romántico y nostálgico que, aplicado correctamente y sin mucho artificio, puede resultar contemporáneo, elegante y clásico a partes iguales.
Si a ti también te encanta este estilo inspirado en los grandiosos salones de Versalles, pero no sabes ni por dónde empezar para aplicarlo a tu casa, no te preocupes, te damos ideas e inspiración para ponértelo mucho más fácil. Ahí van algunos ejemplos.
Mira esta propuesta de uno de los proyectos de Livitum, en el que un elegante salón con cierto aire vintage incorpora unas butacas, que delatan ese estilo neo rococó que estás buscando. Su forma y sobre todo, su patas en dorado son el elemento ideal para convertir un simple salón de tonos neutros, en algo mucho más sofisticado y elegante. Si a ello, se le añade un espejo de cuerpo entero con el borde dorado y unas lámparas sencillas en el mismo metal, el resultado no puede ser más chic.
Otra idea es este otro salón en el que dos sofás de estilo Chester en tono blanco y dos butacas de líneas curvas, bien podrían estar en cualquier salón de María Antonieta. Eso sí, con un aire mucho más contemporáneo y en tonos mucho más neutros que los utilizados en el siglo XVIII. Como en el otro salón, la incorporación de algún que otro tono dorado, en espejos, lámparas y cuadros, es perfecto para cohesionar el espacio y darle esa elegancia que estás buscando.
El estilo neo-rococó también puedes incorporarlo en el baño. La forma más sencilla es con una bañera de patas de garra. Si eliges una con las patas en dorado y le añades los accesorios también de este metal, el resultado no puede ser más sofisticado. Si te atreves, puedes añadir molduras a las paredes del baño y tendrás un baño que sería la envidia de cualquier miembro de la corte francesa.
Aquí la clave para conseguir un estilo neo-rococó en el dormitorio es la cama. Es imprescindible un cabezal ornamentado y majestuoso, que puedes traerlo a la actualidad, eligiendo un color claro. Acompáñalo de unas mesillas de mesa a juego, también en tono claro o neutro, y añádele unos apliques dorados y unas lámparas de sobremesa con pantalla como iluminación.
Al igual que hemos comentado en el baño, es buena idea incorporar algunas molduras a la pared, e incluso en el techo, para conseguir esa sensación de estar durmiendo en un palacio.
Para actualizar el estilo rococó no tienes por qué pensar siempre en colores claros. También puedes incorporar color en este estilo. Como ejemplo, mira este recibidor. El color es el protagonista. Tanto el verde oscuro de las paredes y de la consola, como el llamativo amarillo elegido para la butaca.
El truco está en incorporar un elegante mueble de estilo art-decó con toques dorados y un cuadro del mismo estilo. Añadir un elemento sorpresivo y recargado, como una lámpara de sobremesa dorada y, por supuesto, añadirle unas molduras en la pared.
La guinda del pastel es la butaca incorporada. Un asiento de color amarillo, que aporta un toque de modernidad al espacio, al tiempo que cohesiona el color verde y el dorado. Además es el acento llamativo que necesita la estancia para hacer desaparecer su sobriedad y oscuridad.