Su color principal es el blanco. Aunque en una decoración marcada por el mar, tampoco podía faltar el azul. En todos sus tonos. Sus paredes suelen ser blancas, preferentemente encaladas para dar ese toque rústico de autenticidad, mientras que el azul aparecerá en los textiles del sofá, en las hamacas del jardín, en los cojines de la habitación. Un toque aquí y allí que nos aporte el toque marinero que buscamos.
Si optas por este estilo debes tener muy en cuenta la luz natural. Maximízala abriendo puertas y ventanas, preferentemente sin cortinas. Para conseguir privacidad ya están las contraventanas. Y busca potenciar las vistas del exterior, ya que la simbiosis entre dentro y fuera es fundamental en el estilo mediterráneo.
No sobrecargues el espacio con muebles y objetos superfluos. Vuelve a ser un estilo que busca el menos es más, minimalista y funcional. Los muebles han de ser preferentemente de madera natural e incluso, si es posible, de obra para que se fundan con las paredes.
Deja las vigas a la vista, alguna pared de piedra natural y utiliza el mismo suelo para toda la casa para dar continuidad a los espacios. Preferentemente con suelos de madera o de baldosas de estilo rústico, mejor que moderno.
Aporta calidez al espacio con objetos de madera, de mimbre, de cuerda o de ratán. En alfombras, cestos o muebles. Juega con la artesanía. Con esos azulejos hechos a mano para decorar las paredes de cocinas y baños, con macetas de terracota o con telas tejidas por artesanos. Es un estilo que homenajea a esos artesanos y a su exquisito trabajo manual.
Y, ¿qué me dices de ese toque marinero que debe estar en toda casa costera? No hablamos de transformar tu casa en una caseta de pescadores, pero sí de poner una caracola aquí, una pieza de cerámica con un pez pintado allí, o de botellas de cristal con arena de la playa en su interior, colocadas estratégicamente en ese rincón muerto del comedor.
No olvides que, como buenos mediterráneos, nos gusta mucho el exterior. Así que, aprovéchalo todo lo que puedas. Decora ese porche tan ibicenco con hamacas, tumbonas, mesa y sillas para disfrutar de una buena cena a la luz de las velas o una buena siesta. Imprescindible en este estilo de vida y en nuestra cultura.
Y en el interior, prioriza las zonas para estar en familiar prestando más atención a las zonas comunes, donde son imprescindibles muchos asientos y una gran mesa de comedor. El carácter mediterráneo es muy sociable y tu casa también debe reflejarlo.
Siguiendo esa idea de unión entre el interior y el exterior, no te olvides que añadirá alguna planta a tu decoración. El toque verde le aportará frescura a tu salón, mientras que en el exterior prioriza las plantas autóctonas más típicamente mediterráneas, como los limoneros o los olivos.
Una decoración sin artificios, limpia y espaciosa que te hará disfrutar del entorno, del paisaje y de ese confort tranquilo y relajado que pocas cosas te aportan tanto como el mar. Atrévete a decorar tu hogar con este estilo. Aunque estés en la ciudad y no tengas el mar cerca. Será una forma de sentirlo más cerca y reconfortante, como cuando estás junto a él.