Se ha trasladado todo el protagonismo a los elementos arquitectónicos y a muebles de diseños icónicos que, en contraste con otros modernos, crean un equilibrio perfecto. Pese a esta actualización de los materiales, las texturas y las formas, el clásico renovado sigue reivindicando su sitio en el pódium de los estilos atemporales por excelencia. Ha sabido mantener su esencia y el propósito de crear ambientes sobrios y elegantes que rebosan serenidad.
Conservar, revitalizar y dar el lugar que merecen a los elementos arquitectónicos propios de las viviendas clásicas es uno de los principales preceptos de este estilo. Al plantearte (re)decorar tu casa siguiendo el estilo clásico, echa un vistazo a tu alrededor y detecta alguno de esos elementos que hacen que sea peculiar estando “al desnudo”: techos altos, baldosas hidráulicas, grandes ventanales de madera, vidrieras de color, molduras y rosetones… Haciéndolos destacar no sólo ensalzas el particular encanto de tu casa sino que, además, estarás poniendo en valor la belleza de la tradición.
La paleta de colores de este estilo está basada en los tonos neutros: parte del blanco o el beis para pintar paredes y techos, pero úsalo también en el mobiliario y los textiles: el uso de estos neutros es especialmente útil al introducir muebles que tienen mucho peso visual, como grandes librerías o armarios. Para introducir un toque de color, opta por verdes, azules o rosas empolvados que no generen grandes contrastes.
En este salón hay un sofá inspirado en el famoso modelo Chester y dos butacas de líneas curvas desprenden un halo de refinamiento. Foto: Livitum Las dobles cortinas en jacquard, los brocados, los alzapaños y los drapeados han dejado paso a las de caídas ligeras pero vaporosas. Al decorar en estilo clásico renovado, las cortinas no solo sirven para moldear la luz, sino también para enmarcar los altos ventanales de madera con porticones. Así es que, si tienes la suerte de tenerlos, ¡no los tapes!
Opta preferiblemente por algodón o lino en colores neutros o estampados muy suaves. Si la estancia es muy pequeña, puedes decantarte por un estor.. En ese caso, el más utilizado en este estilo es el estor tipo paqueto que, al no tener varillas, permite que la tela se pliegue de una forma más natural y aportándole volumen
En la búsqueda de un ambiente que invite a la calma, en el estilo clásico renovado es especialmente importante introducir materiales naturales. Así, las lacas blancas del mobiliario poco a poco están dejando paso a la maderas sin tratar, al pino envejecido, al roble o al álamo con efecto decapado. A ellos se suman la introducción de alfombras en fibras naturales, desde lanas de pelo corto hasta el yute. Juega con las texturas: es la forma de aportar dinamismo al espacio sin restarle serenidad.
En este diseño se ha situado en el centro una gran mesa de madera con cuatro sillas de lino y respaldo de rejilla inspiradas en el estilo XVIII. Foto: Livitum Introduce un elemento icónico de este estilo, uno de esos muebles que no pueden faltar. No es necesario que sea una antigüedad, pero en el mercado de segunda mano puedes encontrar verdaderas maravillas, ¡ve a echar un vistazo! Hazte con un cabecero de cama en cannage (rejilla), unas sillas de comedor tapizadas con respaldo en forma de medallón, un silloncito auxiliar estilo Luis XVI, una cómoda con patas cabriole o una araña con lágrimas de cristal.
Todos estos muebles, que son aptos para decorar con este estilo y que antes se combinaban entre sí, hoy se individualizan para que destaquen y se conviertan en un punto focal al que dirigir las miradas. Colócalo en su lugar y despeja su entorno: dale el espacio que necesita para respirar y que nada le haga sombra.
Este salon tiene un estilo clásico renovado con una aportación especial de las butacas que parecen inspiradas en el mismísimo palacio de Versalles. Foto: Livitum Si te apetece, puedes introducir algún elemento moderno que genere contraste: una lámpara negra de estilo industrial, un cuadro abstracto o cualquier objeto deco que ya tengas y que tenga un valor especial para ti. Recuerda que atreverse con la mezcla de estilos, en decoración, es siempre sinónimo de savoir faire.
Esta habitación de estilo rústico es una oda al clasicismo. Se ha optado por un mobiliario tradicional mezclado con alguna pieza atemporal. Foto: Livitum
