Traducido en temas de acabados y materiales, a grandes rasgos la apuesta es por colores vibrantes, que nos aporten alegría; por elementos que nos traigan la naturaleza al interior del hogar y por elementos que hagan de nuestro hogar ese lugar acogedor en el que no nos importa pasar mucho tiempo.
La paleta de colores se decanta por tonos vivos que nos hagan sentir bien. Preferentemente en acabado mate. Hablamos de rosas, de amarillos mostaza, de violetas y lilas, de verdes oscuro o azules cobalto, por ejemplo. Aunque, los tonos neutros y el siempre presente blanco, siguen siendo imprescindibles.
No es cuestión que pintes toda la casa de amarillo o naranja. La idea es dar toques de color que te aporten buenas vibraciones. Bien en muebles, en complementos o en tejidos.
Hay una apuesta muy clara por los materiales naturales, por aquello de tener la naturaleza cerca aunque estés en plena ciudad y, por supuesto, por el tema de la sostenibilidad. Las fibras naturales como el yute, el ratán o el mimbre, están muy presentes. Así como los tejidos naturales, como el algodón o el lino.
Unos materiales naturales habituales en alfombras, cestos o elementos decorativos, que ahora se dejan ver también en muebles con puertas de mimbre, en sofás de yute o sillas de cuerdas, por ejemplo.
La naturaleza también ha llegado en forma de papel pintado con temas orgánicos. Decorar una pared de una estancia con flores o vegetación se está convirtiendo en un must a tener en cuenta.
Y, como no podía ser de otro modo, la madera sigue estando muy presente. Eso sí, cambiando un poco de color. Las nuevas tendencias empiezan a oscurecerse, alejándose de esas maderas blanqueadas que han ocupado la decoración en los últimos años. Se apuesta por maderas menos tratadas, que muestren sus nudos y sus imperfecciones, de aspecto más rústico y natural.
En eso tiene mucho que ver los estilos de decoración que están ahora más en boga. Donde el estilo nórdico, el rústico moderno o el wabi sabi, aquel que destapa las imperfecciones, siguen estando a la vanguardia de los más deseados.
En este sentido, otra de las tendencias en acabados son las paredes de arcilla. Una alternativa muy natural y sostenible que deja un interesante acabado ligeramente imperfecto. Eso sí, al usar únicamente pigmentos naturales, la variedad de colores es limitada a tonalidades terrosas, pero éstas también son tendencia por esa unión con la naturaleza.
Las tendencias en decoración son como las de la moda. Son cíclicas y cada cierto tiempo vuelven a aparecer tendencias de antaño que ya creíamos olvidadas. Tal es el caso de las baldosas de terracota. Aquellas que inundaron nuestros hogares en la década de los 80, que han vuelto modernizadas con un aspecto más mate, que les da un aspecto mucho más natural.
Y, por supuesto, materiales y acabados que aumenten el confort. Si algo se ha aprendido de la pandemia es que nuestro hogar es nuestro mejor refugio y, por tanto, debemos estar lo más cómodos posibles en él. Lejos han quedado las casas en las que la fluidez entre los espacios era nula. Ahora se apuesta por estancias abiertas, llenas de luz y relajadas que nos aporten la paz que necesitamos. Con materiales naturales, agradables al tacto y suaves. Y diseños prácticos, alejados de esos que solo eran para admirar y no usar.