Tanto en los muebles como en los objetos de decoración. Un hogar acogedor como el del estilo nórdico no precisa de cosas superfluas, sólo de cosas necesarias y prácticas. Todo debe tener una utilidad clara. Si no es así, deséchalo.
En la misma línea que el punto anterior, no recargues innecesariamente ninguna estancia con una decoración abrumadora o recargada. Todo debe ser simple y sencillo, para conseguir un aspecto limpio y ordenado que dé fluidez al espacio.
Combatir la falta de luz natural es una de las máximas del estilo nórdico. En invierno estos países cuentan con muy pocas horas de luz al día y necesitan maximizarla como sea. Si tienes grandes ventanas, no las cubras con cortinas opacas. Deja que la luz entre con facilidad. Y si no tienes la suerte de contar con luz natural, juega con las lámparas para dar la mayor luminosidad posible al lugar. Una lámpara de pie aquí, un aplique en aquella pared o una luz ambiente en el techo, por ejemplo, ayudarán a conseguir lo que buscas.
Precisamente para potenciar al máximo la luz natural, es importante utilizar tonos claros que la reflejen y le den mayor luminosidad a cualquier habitación. El estilo nórdico apuesta claramente por las paredes blancas, pero si prefieres otros tonos, decántate por los grises claros.
Unos tonos que también debes aplicar en los tejidos y en las piezas grandes de decoración, como el sofá.
Por aquello de traer el exterior al interior, al estilo nórdico le encantan los materiales naturales, siendo la madera el principal. Utilízala preferiblemente en tonos claros. Y no tengas miedo de poner tantos muebles de madera como necesites. Al fin y al cabo, es de las pocas cosas que le aportarán color y esa sensación acogedora que tanto necesita este estilo.
De igual forma, los textiles deben ser naturales. De algodón, de lino o de lana. Aquí es donde puedes añadir un poco más de color, preferiblemente con estampados geométricos en cojines, mantas y colchas. Busca tejidos que sean suaves y calentitos. Este estilo necesita confort y un ambiente acogedor.
Además de decorar, las plantas son imprescindibles en este estilo que bebe de la naturaleza y de la necesidad de traerla al interior. No tengas miedo de añadir plantas en todos los rincones. Si no eres un experto jardinero, no te preocupes. Existen variedades que no necesitan de muchos cuidados y decorarán igual.
La sostenibilidad está muy presente en un estilo en el que prima la naturaleza. Apuesta por objetos hechos a mano, artesanales o reciclados. Sean hechos por ti o comprados, pero que muestren los defectos propios de lo artesanal y manual.
El estilo nórdico también admite alguna pieza de mobiliario o decoración que sea vintage o de diseño. Objetos reutilizados, de aspecto industrial, encontrados en un mercadillo o de algún diseñador de renombre. Todo vale. Eso sí, siempre que sea funcional, sencillo y combine con el resto.
No olvide poner algún recuerdo familiar en la decoración. Las fotografías en blanco y negro de tu viaje a Australia o las fotos de estudio de los niños. Puede añadir también velas, dan calidez. O ese jarrón de barro que ha pasado de generación en generación. Lo que creas necesario para crear un ambiente del que no te quieras ir. Al fin y al cabo es el fin de este estilo. Crear un hogar acogedor.