Aunque es uno de los asientos más informales del mercado, encaja a la perfección incluso en un salón moderno y sofisticado como este. Los tonos grises de los sofás y butacas contrastan con el beige de un par de pufs, sin restar un ápice de elegancia. Redondos o cuadrados, unos bonitos puf de piel son el complemento perfecto para añadir más lugares donde sentarse sin que resten espacio a la habitación.
También es buena idea contar con un puf a juego con tu sofá modular. Puedes utilizarlo de reposapiés o como asiento independiente. En su versatilidad radica su importancia en una decoración funcional.
Puedes colocarlo separado del resto del sofá en espera de las visitas o juntarlo al resto de las piezas del módulo para tumbarte con tu pareja un domingo por la tarde.
Procura que sea del mismo material y de una tonalidad similar a la del resto del sofá para que no parezca un añadido que poco tiene que ver con el asiento principal. Con ello conseguirás armonía y uniformidad para dar cohesión al espacio.
Tampoco es extraño encontrar un puf en el recibidor. Es perfecto para aquellos que se calzan y se descalzan cada vez que entran en casa. Al ser pequeño es ideal para que no ocupe mucho espacio en esta estancia de por sí de dimensiones escasas. Y perfecto para conjuntar con un sencillo mobiliario.
Como en este proyecto, donde un exquisito recibidor de estilo nórdico, de aspecto simple, se llena de glamour gracias a una bonita lámpara dorada, a juego con un precioso puf de terciopelo con base, también en dorado.
Si cuentas con un vestidor en tu habitación, una de las formas de combinar ambas estancias, para que decorativamente esté en la misma onda, es utilizando elementos iguales en los dos lugares. Así que si tu dormitorio es de estilo rústico, con tonos claros, muebles de madera robusta y accesorios naturales, no dudes en incorporar un puff fabricado en materiales naturales, a jugo con alguna cesta de rafia e incluso con la alfombra, y añadir un puf igual en el vestidor. Unificará ambas estancias, al tiempo que te será útil a la hora de vestirte, sin que ocupe mucho espacio.
Si has conseguido crear un bonito rincón de lectura en alguna zona de tu casa, un puf también te quedará bien. En ese caso, no como asiento, ya que tus sesiones de lectura requieren de relajación y confort, y el puf puede resultar un poco incómodo. Pero sí que puede ser el mejor complemento para una buena butaca, usándolo como reposapiés. Complementará la estancia, evitando que la butaca se vea abandonada en ese rincón y estarás mucho más cómodo cuando te sumerjas en el fascinante libro que tienes entre las manos.
Si eliges correctamente el modelo que mejor se adapte a tu butaca, puedes crear un efecto sorprendentemente elegante.
Y ya que hemos dicho que es uno de los asientos más informales del diseño de mobiliario, no podría faltar en una habitación infantil. Es, sin duda, el mejor asiento que un niño podría tener. A su altura, mullidito y perfecto para aguantar todos su envites.
Ya sea en un dormitorio o en una habitación de juegos, es uno de los asientos más versátiles que un niño puede tener. El puf puede convertirse en una nave espacial, en un caballo en su mejor rincón de lectura. Y si es de un material resistente, como este de pana gris, mejor que mejor.