Para que esta práctica te resulte de lo más agradable, hemos seleccionado 7 proyectos en los que las alfombras tienen un protagonismo indiscutible. Son todas muy muy bonitas, calentitas y acogedoras. Prepara tu saloncito para el frío ¡y disfrútalas!
Ahí va un truco deco de los que de verdad funcionan: en las estancias en las que prevalecen los ángulos rectos (recovecos, pilares, piezas de mobiliario de líneas depuradas…) introducir elementos curvos ayuda a suavizar el ambiente y a que sea más dinámico. Con ellos se consigue romper con la rigidez de los ángulos y contrarrestar su efecto visual. Y eso es lo que se ha hecho en este saloncito: introducir una mesita de centro con el sobre circular, una butaquita con el respaldo curvo y -¡cómo no! una súper alfombra redonda que abarca todo el mobiliario del salón y lo delimita. Se trata de un modelo de lana 100% en color crudo apto para todos los estilos.
¿Que no pones alfombras porque se ensucian mucho? ¡De eso nada! Escoge un modelo lavable como el de este proyecto: se trata de una alfombra rectangular de gran formato en color crudo y decorada con motivos geométricos en antracita. Las manchas pequeñas pueden eliminarse fácilmente con un detergente suave, un paño húmedo y dejándola secar al aire. Procura pasar el aspirador, al menos, dos veces por semana…. ¡y a lucir alfombra!
Fíjate en este proyecto: la paleta es casi monocroma pero, ¿no te parece que se ha creado un ambiente súper dinámico? El truco está en la mezcla de texturas: la pana del sofá, el algodón de los cojines, el lino de las cortinas y, por supuesto, el poliéster de la preciosa alfombra de pelo largo. Se trata de una pieza de gran formato (¡mide 200 x 290 cm!) en color gris. El movimiento del pelo genera la sensación de que hay un escalado de color que hace de ella una pieza versatil y, sobre todo, ¡con estilazo!
¡Mezcla, mezcla, mezcla! Cuando introduces un elemento clásico -como esta preciosa alfombra vintage- en un ambiente moderno, el resultado es un ambiente con el estilazo del de este saloncito. Se ha colocado una alfombra decorada con motivos clásicos para delimitar la zona de asientos de un saloncito de estilo rústico en el que prevalecen las líneas rectas y depuradas.
¡Por cierto! Se trata de una pieza realizada en tejido plano, lo que significa que esta alfombra no tiene pelo. Siendo así, su superficie es plana, muy muy fácil de mantener y, por tanto, súper válida para zonas de mucho tránsito como la zona de asientos del salón.
Las alfombras son una de las formas más fáciles -¡y estilosas! de delimitar zonas dentro de una estancia como, por ejemplo, el salón del comedor. En este proyecto se han utilizado dos: una en la zona del sofá, para delimitar la zona de asientos, y la otra para enmarcar la mesa de comedor. Lo interesante, si optas por hacerlo así en casa, es que escojas una de aspecto neutro y que hagas destacar la segunda. Puedes hacerlo escogiendo un material distinto, un estampado llamativo o un color que resalte respecto al resto de tejidos, como el azul pato escogido para este moderno salón.
¿Te has planteado que una alfombra, bien elegida, también puede ayudarte a ganar luminosidad en casa? Colocadas cerca de las ventanas -como en este proyecto- las alfombras ayudan a potenciar la cantidad de luz que entra. Para utilizar este recurso, hazte con una alfombra en colores claritos -en blanco o crudo y con alguna nota de color- y combínala con unas cortinas de caída lijera y en textiles livianos, como el algodón o el lino. Aún escogiendo un modelo de pelo largo, los colores claros te ayudarán a aligerar el espacio visualmente y a que parezca más grande y luminoso.
Un saloncito decorado en estilo colonial, con mucha madera, tejidos naturales y, en el centro, una preciosa alfombra de estilo natural que acoge todo el conjunto. Se trata de una pieza de lana que ayuda a crear una atmósfera cálida, acogedora y calentita. Es una pieza neutra en color crema y sin decoración pero que se suma a la tendencia otoñal de los flecos: ¡atemporal y de tendencia todo en uno!