Si estás pensando en cambiar tu cama, te damos ideas para buscar aquella que se ajuste más a tu personalidad y a tu estilo.
Si eres un urbanita de pro y te encanta el estilo minimalista, una cama simple, de madera lacada puede ser tu mejor opción. No necesitas mucho más. Construye una pequeña repisa en la pared a modo de cabecero, donde además podrás colocar algún cuadro o jarrón, y llena la cama de cojines. Será tu retiro perfecto después de un largo día en la oficina.
Si tanta frialdad no te convence, puedes optar por un estilo más cálido. Una cama de madera clara, de estilo colonial, con pequeñas ornamentaciones que te recuerden a tu viaje a Bali, pueden convertirse en tu lugar de descanso favorito. No necesitas cabecero, muchos cojines harán lo propio. La simplicidad de esta cama, la puedes compensar con el resto de decoración. Una buena alfombra de ratán, un espejo de tamaño XL, una pequeña cómoda, alguna planta o bonitos cuadros, harán el resto.
Si prefieres algo más rústico, pero con ese sutil estilo chic, apuesta por una cama de madera más robusta. Que, aunque no tenga cabecero, muestre su fortaleza en el pie y los laterales de la cama. Compleméntala con decoración inspirada en la naturaleza, como alguna planta colgante o algún cuadro floral. De esta forma, te despertarás cada día con la sensación de estar en el campo, aunque vivas en mitad de la ciudad.
Es importante que un dormitorio desprenda calma. Al fin y al cabo es el lugar al que vamos a relajarnos y descansar. Por ello, es mejor que las paredes sean de tonos neutros y claros, e incorpores el color en los complementos. Bien sea en un puff a los pies de la cama o con un cuadro precioso que tenga los mismos tonos o combine con ellos.
Eso sí, si añades pinceladas de color en objetos determinados, procura que tu cama sea neutra. Un cabecero acolchado en color beig puede ser perfecto para ese estilo moderno que te delata. Le dará un toque sofisticado y elegante que no desentonará con los otros colores más estridentes que hayas elegido.
También puedes incorporar color a la ropa de cama. Procura que sea un estampado sutil que combine con el resto de decoración y con el estilo de la cama. Por ejemplo, si ésta es de madera, con un bonito cabecero, incorpora tonos verdes u ocres que lo hagan resaltar.
Con una buena combinación de complementos, la habitación puede resultar romántica, sin tener que optar por tonos rosas o tener que incorporarle doseles o visillos. Una decoración nórdica, con detalles elegidos cuidadosamente para impactar, puede resultar de lo más acogedora y lista para enamorar.
Si te consideras una persona sofisticada y quieres que tu habitación sea un reflejo de ti, apuesta por una cama de líneas modernas. Con un cabecero sencillo y patas a la vista. Dale color sutil con la ropa de cama e incorpora elementos llamativos, como un espejo de suelo ribeteado en oro, un puff de terciopelo con las patas metálicas y una alfombra XL de estampado difuminado, para aportar calidez y elegancia a tu lugar de descanso.
Sea cual sea tu estilo, sea cual sea tu cama elegida, procura que, sobre todo, sea cómoda. Pero también es imprescindible que se adapte a ti. Pasarás muchas horas en ella, durmiendo como un bebé. Pero, cuando no la uses, querrás que sea bonita y refleje tu forma de ser y tu personalidad.