Respeta las zonas de paso: no coloques nada que dificulte la circulación.
No tapes las ventanas con los muebles, ¡deja que entre bien la luz!
Piensa en grande: siempre es mejor un mueble grande que varios pequeños.
Coloca las piezas de mayor volúmen -como el sofá, la cama o una librería alta-, siempre contra la pared.
Libera las paredes a la altura de los ojos: verás el espacio despejado y ganarás sensación de amplitud.
Di un “no” rotundo a los “por si acaso”: introduce en casa solo aquello que sea útil en tu día a día.
Valora los muebles con doble uso (si realmente los necesitas).
Los muebles, volados -es decir, colgados de la pared- o con patas altas: son visualmente más ligeros
Di “sí” a las transparencias: las mesas, cómodas y puertas de armario de cristal, de malla de gallinero o de rejilla ofrecen la misma funcionalidad pero restan peso visual al mueble.
Aprovéchate de la arquitectura: si tienes un retranqueo o un hueco en la pared, haz un mueble a medida (un armario, una librería, una barra de cocina, una mesa de escritorio…). Si no puedes invertir tanto, opta por muebles modulares que puedas adaptar fácilmente y aprovechar el espacio.
Recuerda la norma: un mueble de mayor tamaño es mejor que varios pequeños. Así es que, si sois varias personas viviendo en casa y necesitas varios asientos en el salón, es mejor que coloques un sofá grande -rinconero o con chaise longue- a dos sofás pequeños o un sofá y varias butacas. Para que no te parezca tan voluminoso, opta por un color neutro (blanco, gris, beis o greige) y coloca una alfombra del mismo color que la tapicería del sofá.
Y ahora sí: si aún necesitas un asiento extra, recurre a una butaca con un diseño ligero o un puf y colócalo frente al sofá y en el rincón opuesto: te ayudará a separar visualmente el salón del comedor.
En este salón hemos colocado un sofá rinconero de tres plazas de color beige de Kave Home. Ligera pero con capacidad de almacenaje: así es la mesa de centro ideal para un piso pequeño. Opta por un modelo que tenga un estante o cajones bajo el sobre: de esta forma, además de tener una superficie de apoyo, ganarás un espacio extra de almacenaje.
Recuerda que algunos materiales aligeran visualmente los muebles. Por ejemplo, puedes colocar una mesa en acero blanco con bandeja de rejilla: es una pieza funcional, sencilla, ligera y muy bonita. Si prefieres la madera, escoge el sobre de cristal y te parecerá que el peso es menor.
Esta original mesa de centro de Mobenia es de cristal con lacado en marrón. Las mesas redondas son ideales para los comedores pequeños, ya que ocupan menos que las rectangulares, cuadradas u ovaladas. Las líneas curvas despejan las zonas de paso y aligeran visualmente el espacio, por lo que te parecerá que ocupa poco pese a tener capacidad para 4 o más comensales.
Son tendencia y lo cierto es que funcionan muy bien con cualquier estilo, por lo que te resultará muy fácil reutilizarla si más adelante quieres hacer cambios en la decoración. Y lo más importante: invitan a charlar y a compartir momentos. Sentarse en torno a una mesa redonda en la que todos estamos a la misma distancia unos de otros favorece la comunicación e invita a que se alargue la sobremesa. Ninguno de tus invitados tendrá que sentarse en la dichosa esquina quedando alejado del grupo.
Esta mesa redonda con patas de acero efecto madera es de Kave Home. El armario ropero es la pieza más voluminosa de la casa. A nivel funcional, hay una forma de conseguir que te reste el menor espacio posible: optar por un modelo con puertas correderas. Fíjate en este dato: para colocar un armario de puertas abatibles necesitas un metro y medio entre él y la cama para poder abrirlo y moverte con comodidad cuando vayas a vestirte. Puedes reducir drásticamente esa distancia colocando unas puertas correderas que, además, le van a dar un toque más actual a la estancia.
¿El inconveniente? Suelen ser un pelín más caros que los de puertas abatibles (necesitan un sistema de herrajes más complejo), pero quizás sea una buena inversión en comodidad.
Si tu baño es muy muy chiquitito, opta por un mueble que, además de suspendido, sea de fondo reducido. Esto significa que, en lugar de los 45 cm habituales, el mueble medirá 35 cm de fondo, por lo que ganarás unos valiosos 10 cm para moverte más cómodamente dentro del baño.
Es cierto que este tipo de mueble tiene una capacidad de almacenaje inferior. Por eso, es importante que el modelo que escojas esté compuesto por, al menos, 2 cajones de extracción total: esto significa que se abren completamente al tirar de ellos, de manera que podemos encontrar lo que andamos buscando más fácilmente, también aquello que guardamos más al fondo.
¡Por cierto! Existen muebles con un fondo aún más reducido (¡los hay de tan solo 22 cm!). En este caso, son muebles que solo disponen de una puerta abatible (no caben los cajones) y el grifo en el lateral. El lavamanos es realmente pequeño, por lo que no son muy cómodos para la higiene diaria, sino que están pensados para colocarse en un aseo de cortesía. Aún así, que sepas que existe esta opción si lo necesitas.
