Además, es un color que puedes incorporar a cualquier estancia de tu hogar. Queda bien allá donde lo pongas. Bien sea en un salón, un comedor, un dormitorio e incluso en una habitación infantil. Si no te lo crees, solo echa un vistazo a estos proyectos.
En un salón, un color verde oscuro aporta una elegancia difícil de conseguir con otras tonalidades. Combina a la perfección con los tonos que tanto se llevan esta temporada, en los que los tonos tierra, los beige y los marrones son los protagonistas.
En este salón de estilo colonial con toques nórdicos, el verde se ha incorporado solo en algunos elementos. En algún cojín, en una butaca y en las cortinas. Pero, sobre todo con muchas plantas naturales que ayudan a darle a esta estancia sobria, por los tonos beige de los sofás y la alfombra, un toque de color más alegre y llamativo, que no le resta calidez al lugar.
Una táctica también empleada en un estudio donde predominan los colores claros y la madera, por aquello de dar mayor sensación de amplitud. Pero al que se le han añadido pequeños toques de verde, a través de varias plantas esparcidas por el espacio, y de unas preciosas sillas tapizadas en un bonito verde oscuro, que le aportan sofisticación y elegancia a un habitáculo tan pequeño.
En una estancia más desenfadada como es un cuarto infantil, el verde puede campar a sus anchas y convertirse en el auténtico protagonista. Una tonalidad pastel aportará la calma que necesita un lugar en el que los más pequeños de la casa deben dormir.
Una estancia, todo al verde, que sin embargo no resulta saturada, gracias a la combinación de un papel pintado, con un estampado en verde muy sutil, que solo aparece en la parte superior de una de las paredes. Abajo, se ha utilizado la pintura a modo de cabecero, combinada con el resto de los muros. El resto de decoración incorpora el verde de forma puntual. Tanto en algunas partes de los muebles, como en el estampado de la ropa de cama. Consiguiendo así una decoración monocromática, sin saturar.
El recibidor es otra de las estancias en la que mejor puedes dejar ir tu creatividad. Al ser una de las habitaciones de la casa menos amplia, su pequeño espacio te permite apostar por elementos decorativos, impensables en otros lugares de tu hogar.
Como en este recibidor, en el que con unas pocas plantas y mucha imaginación se ha creado un espacio divertido y acogedor que indican que en esa casa les gusta la naturaleza. Es una idea muy simple, pero muy efectiva. Tan solo con pintura de diferentes tonalidades de verde, se consigue un efecto wow que invita a entrar.
Otras veces la incorporación de verde es mejor que sea más sutil, para darle un cierto aire de sofisticación al lugar. Un comedor moderno, como el de este proyecto, en el que el elemento principal es una chimenea de mármol, necesita de un color de pared que no destaque y unos objetos decorativos que no desentonan.
La única nota de color del comedor la ponen unas bonitas sillas con respaldo, tapizadas en un elegante verde, que combinan con una esbelta planta y unos cuadros de estampados florales de la misma tonalidad.
La misma idea es la que se ha utilizado en esta otra estancia en la que una impresionante estantería abierta, de madera y metal negro, separa la zona de comedor, del salón.
El estilo más industrial de la estantería contrasta con unos muebles más modernos, en los que las sillas, de color verde, llaman la atención. Un pequeño toque de color en la lámpara, en los jarrones y una alfombra del mismo color, acaban de conformar esta estancia moderna en el que el color verde acapara las miradas, sin ser el protagonista.
En el dormitorio es preferible usar colores que calmen y ayuden a relajarse. Por eso, si te gusta ese color y quieres utilizarlo en tu alcoba, nada mejor que incorporado en pequeñas dosis o en la ropa de cama.
Como en este dormitorio blanco, en el que el verde aparece solo en las cortinas, en una butaca y en un puff. Pocos elementos, pero suficientes para matar ese gusanillo que te decía que el verde debía estar sí o sí en tu habitación.