Un precioso salón con cocina abierta de lo más inspirador

Cómodo, acogedor, elegante y luminoso: estos son los adjetivos que definen este salón comedor. Nuestra compañera María Lucía Fiat, ha superado con nota el reto de exprimir al máximo los metros cuadrados de la estancia para integrar en un único espacio diáfano el recibidor, la sala de estar, la cocina y el comedor. ¿Quieres saber cómo lo ha hecho? ¡Te lo contamos todo todo todo!
Publicado por Laura Pou · 24 de febrero de 2023
Un precioso salón con cocina abierta de lo más inspirador

Punto de partida

Suelos de madera que aportan calidez, un ventanal que baña la estancia de una gran cantidad de luz natural y una base neutra en gris claro en todas las paredes que crea un efecto de continuidad y que genera sensación de amplitud. Partiendo de este punto, el objetivo era delimitar las zonas que iban a dedicarse a cada actividad (recibidor, sala de estar, office y comedor) teniendo en cuenta los elementos arquitectónicos que condicionan la distribución y que, en este caso, eran un pilar en la pared perpendicular al balcón y la ubicación de la cocina.

Al ser un espacio neutro y luminoso, era posible vestirlo casi con cualquier estilo deco. La propuesta ha sido fusionar algunos elementos clásicos con otros modernos para crear un ambiente atemporal en el que destacan algunas piezas que recuerdan diseños icónicos de la historia del mueble.

Una cálida bienvenida y un salón muy muy cómodo

El pilar que divide la pared de acceso al estar se ha utilizado para delimitar la zona del salón y crear, de esta forma, un pequeño espacio que hace las veces de recibidor. Se ha ubicado una consola con estructura de acero pintado en oro mate y un sobre de cristal con acabado efecto mármol. Es una pieza muy muy ligera que ocupa poquísimo espacio visual pero que ofrece un punto de apoyo a la entrada de la vivienda.  

Sobre ella se ha colocado una lamparita con base cerámica y pantalla de bambú y se ha decorado la pared con unos platos hechos con algas marinas trenzadas que aportan un toque rústico y ayudan a dar calidez a la frialdad de los materiales de la consola.

La planta en tamaño XXL refuerza visualmente la división entre el pequeño recibidor y el salón, formado por dos sofás idénticos enfrentados que invitan a la conversación: esta forma de colocar los asientos es ideal cuando, como en este caso, la zona de estar es cuadrada. Uno de los sofás se apoya -aunque sin tocar- en la pared del ventanal y el otro queda exento en medio de la sala, lo que determina el punto en que acaba el recibidor y empieza el área del salón.  Se ha optado por un modelo muy ligero: la estructura vista y las patas altas son de madera de haya y la tapicería en micro bouclé de color gris claro.  

Entre ellos se ha colocado una mesita de centro de la misma colección que la consola del recibidor para hacer un todo coherente y armónico. El televisor se ha colgado en la pared para conseguir un ambiente más despejado y debajo se han colocado dos baldas suspendidas como punto de apoyo.

Completan el espacio una gran alfombra de Benuta en tonos naturales que unifica toda la zona dedicada al salón, dos puffs circulares de yute trenzados a mano y una lamparita de pie con la estructura en oro mate y tulipa en opalina blanca, siguiendo el estilo de la mesa de centro y la consola del recibidor.

Un office de diario y un comedor para alargar la sobremesa

El comedor se ha ubicado frente a la cocina, que está integrada en el salón comedor. Además de generar sensación de amplitud, facilitar la ventilación y favorecer la comunicación entre quienes preparan la comida y quienes están ya sentados a la mesa, las cocinas abiertas tienen otra ventaja importante.  Y es que, al no haber tabiques que entorpezcan el tránsito, la tarea de preparar, servir y recoger la mesa es mucho más sencilla. Por ese motivo es importante que, como en este caso, la mesa de comedor esté ubicada justo frente a la cocina.

Para unificar ambos espacios, se ha recurrido a los materiales: tanto los taburetes del office, como la mesa y las sillas de comedor, tienen la estructura de madera de roble. La mesa es ovalada, por lo que, al no tener esquinas, deja despejada la zona de paso y aligera visualmente el espacio. Se ha combinado con unas sillas de estilo francés con asiento y respaldo en forma de medallón tapizados en lino y se han sumado dos lámparas suspendidas con la pantalla también en lino: estos dos elementos aportan calidez y un toque de romanticismo al comedor.

Para actualizar el ambiente, en la pared entre la cocina y el balcón se ha colocado un papel pintado con fondo rosa y formas geométricas en blanco sobre el que se ha colgado un espejo de gran tamaño que potencia la amplitud de la estancia.

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