Esa claridad, combinada con las tonalidades escogidas entre madera, blancos, azules y grises, definen un precioso espacio de estilo nórdico y moderno que servirá de inspiración. Lo que ha sido clave para delimitar los espacios es la posición del sofá, situado en un lateral de la estancia. Mientras que a la entrada, se encuentra el comedor y un pequeño estudio.
Nada más entrar en la habitación, lo primero que se ve es el comedor. Una preciosa mesa con las patas metálicas en blanco y tablón de madera de roble que es perfecta porque es extensible. Lo que facilita que normalmente ocupe poco espacio, pero en ocasiones se convierta en la mejor anfitriona de una cena para más comensales.
Una mesa que combina a la perfección con unas sillas, también blancas, con las patas de madera de haya. Un comedor normalmente para cuatro comensales, que se ha coronado con una lámpara colgante, tipo pantalla, que le dará iluminación cálida a esta sección.
Para conseguir una mayor profundidad del espacio, se ha colocado en la pared frente al comedor, un espejo grande de pie que permite reflejar la luz y ampliar el espacio. El toque de color y la aportación natural se ha conseguido con dos espléndidas plantas de gran tamaño, que llenan un hueco existente en la pared, entre la puerta de entrada a la habitación y una columna estructural del muro.
Junto al comedor, se ha colocado un pequeño estudio en forma de L que aprovecha el hueco de la pared que queda entre el espejo de pie y la ventana. Justo al lado de una de las dos grandes entradas de luz naturales de la estancia, para aprovecharla al máximo en esta zona de trabajo.
Aquí tan solo se han añadido un par de baldas, para tener algo de almacenaje en el espacio de trabajo, y una silla ergonómica en negro, para lidiar con la mala postura que sin querer se adopta al estar frente al ordenador.
Sin duda, lo que se lleva el protagonismo en este proyecto de Livitum es la parte del salón. Se ha situado en un lateral de la sala, al lado del otro gran ventanal de la estancia. El espacio se ha delimitado con una gran alfombra, tan en boga esta temporada, de estampado geométrico en tonos azules, que provoca el efecto wow al entrar en la habitación.
Sobre ella, se han situado dos sofás modulares en color gris. Uno de tres plazas y otro de dos. Frente a ellos, se ha incorporado una sutil mesa de centro rectangular de cristal, de aire muy moderno. Se ha aprovechado el hueco que dejan los dos sofás al situarse en L, para añadir una lámpara de pie que ilumina este espacio. Mientras que en la pared, sobre el sofá, se ha colgado un enorme cuadro de madera que representa un mapamundi.
El punto focal de la habitación se lo lleva la pared de enfrente del sofá. Una bonita pared revestida en piedra que atrae todas las miradas, enmarcada por el balcón, por un lado, y por otra columna estructural, por otro. En esta pared es donde se ha colocado un mueble bajo, sobre el que se ha situado el televisor y algunas baldas para poder llenarlas de objetos decorativos.
Completan el almacenaje de esta habitación, varias estanterías modulares en la que colocar libros y recuerdos. Un par, junto al sofá de tres piezas. Otra, junto a la zona de comedor.
El resultado es un salón-comedor con estudio muy funcional y elegante, en el que predomina el estilo nórdico, con los tonos blancos y la madera, y el estilo moderno de gran parte de los muebles. La combinación de colores blancos, grises y azules, sobre todo en la zona del salón, proporcionan a la habitación un ambiente acogedor y cálido, del que sus propietarios no querrán salir.
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