La solución no puede ser más encantadora y funcional. El escritorio se ha situado en una esquina de la pared, en sustitución de una de las mesillas de noche. Se trata de una mesa de escritorio de estilo escandinavo, con un pequeño cajón que permite guardar todo lo que necesitas para tu despacho. Es una mesa de pocas dimensiones, pero lo suficientemente grande para hacer su función. De madera blanca, con las patas de madera natural, este escritorio combina a la perfección con la silla de madera maciza de caucho y color beige que se ha situado frente a ella.
Como otra mesilla de noche, se ha utilizado una mesa auxiliar de madera maciza, sobre la que se ha situado un foco en la pared, perfecto para las lecturas nocturnas.
El estilo elegido para este proyecto es nórdico, con lo cual predominan los tonos claros y la madera, que ayudan a dar amplitud al espacio. La cama resalta por un cabecero desenfundable, también en color beige, al que se le ha añadido varios cojines de diferentes tamaños y tonos, para dar un toque de color.
Lo mejor de esta cama es que es un canapé abatible que permite obtener mucho espacio de almacenaje, sin que sea visto. Un almacenaje que se complementa con un banco baúl de dos plazas, tapizado en lino verde, que añade algo más de espacio para guardar cosas. Al tiempo que sirve de asiento para calzarte, vestirte o lo que quieras.
La habitación cuenta con un armario empotrado, con puertas blancas, que pasa totalmente desapercibido. Sin embargo, en un dormitorio es fundamental contar con todo el espacio de almacenaje disponible para guardar toda la ropa, accesorios, complementos y zapatos. Así que todo rincón susceptible de esconder algún trapito es bienvenido.
La cama queda enmarcada por una preciosa alfombra en color crema, sobre la que también se ha colocado una cesta de fibras naturales donde depositar los cojines cada noche o lo que necesites.
Respecto a la iluminación se ha optado por una luz ambiente, que se ha conseguido usado un colgante de lino en tono beige, que combina con las cortinas de la estancia. Una lámpara de sobremesa, con pie de cerámica blanca y pantalla de bambú, situada sobre el escritorio que hace las veces de luz de despacho. Y el foco de pared, situado sobre la mesa auxiliar de madera maciza, del que ya hemos hablado antes.
En la pared, unos bonitos cuadros sobre el cabecero, de flores naturales secas, que aportan ese toque de naturaleza al que tanto gusta el estilo nórdico. Más otro cuadro en otra pared, en blanco y verde, que acaba de conjuntar la gama cromática de la habitación, el blanco, el beige, el verde y la madera.
En la pared frente al gran ventanal por el que entra mucha luz, se han colgado un par de espejos, con marco de metal dorado, que ayudan a reflejar la luz que entra y ayuda a ampliar visualmente el espacio.
El resultado es este bonito dormitorio, relajado y elegante, en el que la falta de espacio no ha sido impedimento para colocar ese escritorio que se necesitaba y tanto almacenaje como ha sido posible.
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