Una de las mejores opciones para decorar la habitación de un bebé, cumpliendo todos esos parámetros, es utilizando papel pintado. Permite crear espacios mucho más atractivos que con la pintura, ya que a través de alegres colores y divertidos dibujitos podrás cautivar la atención y el corazón de tu pequeño.
Mira estos proyectos de Livitum en los que se ha utilizado papel pintado para el diseño de la habitación de un bebé, e ¡inspírate!
Si eliges un papel pintado de un tono suave, puedes añadirlo a las cuatro paredes de la habitación. No te preocupes, no quedará exagerado. Al tratarse de un tono pastel, resulta sutil y delicado, aunque contenga algunos dibujos, como en el de este ejemplo.
De hecho, el color del papel pintado es lo que aporta color a la habitación, donde los muebles son blancos y solo hay algunas pinceladas de madera en algunas de sus patas o en los barrotes de la cuna.
Con un papel pintado como este, consigues que la habitación adquiera dulzura y calidez, ya que de otra forma podría resultar demasiado sosa y anodina.
Otra opción es destacar una de las paredes con papel pintado y pintar el resto con un color destacado. De esta forma, esa pared será el centro de atención. Úsalo en la pared en la que coloques la cuna, para hacer de esa zona la gran protagonista. Además, el pequeño desde su cama podrá ver los dibujitos del papel estampado, despertando su curiosidad.
Para conseguir que el diseño quede conjuntado y toda la decoración sea coherente, elige uno de los colores destacados del papel pintado para pintar las paredes. De esta forma, cromáticamente la habitación estará cohesionada, transmitiendo esa calma y ese sosiego, tan necesarios para un recién nacido.
Es fácil enamorarse de cualquier papel pintado para niños. Por eso, también puedes diseñar la habitación de tu bebé a partir del papel pintado elegido. Su color puede determinar el resto de la decoración, ya que si eliges muebles de estilo nórdico, de líneas sencillas, y tonos de madera y blanco, seguro que cualquier papel pintado te encajará.
Después tan solo te quedará añadir algunos detalles en la habitación, del mismo color que el papel o de una tonalidad más oscura para dar contraste, y conseguirás una encantadora habitación muy sencilla, pero resultona.
En espacios pequeños es bueno utilizar el papel pintado para darle un extra de diseño a la estancia. Sin embargo, en las habitaciones de bebé es preferible no excederse con cosas muy estridentes o llamativas. Por eso, una buena solución es usar un papel pintado con textura, que aportará un plus al lugar, sin mucho esfuerzo.
Echa un vistazo a este proyecto de Livitum. La habitación no es muy grande, ni especialmente llamativa. Sin embargo, la incorporación de un papel floral con cierta textura le confiere un aire muy sofisticado y elegante, a pesar de tratarse de una estancia para un bebé.
Si no quieres saturar el espacio con demasiados dibujos y colores, evitando así que tu hijo se despierte más de la cuenta, puedes optar por incorporar el papel pintado solo en la parte superior de la pared y pintar la parte baja a modo de arrimadero. Tampoco es necesario que el papel sea de dibujitos infantiles. En ocasiones, puedes lograr una encantadora habitación infantil usando tonos sobrios. Como en este ejemplo, donde un papel pintado liso de un color gris topo puede resultar tan embriagador como la habitación más colorida.