Mucha mucha luz: esta es la gran ventaja con la que contábamos a la hora de distribuir y decorar esta buhardilla. Nada más subir, nos sorprende la cantidad de luz natural que entra por el gran ventanal que abarca toda la pared de la izquierda y eso, como sabes, es una gran ventaja cuando estamos ante una planta irregular como la de este espacio. Los suelos de madera y las paredes pintadas en un blanco ayudan a potenciar la sensación de luminosidad y nos regalan un marco neutro en el que cabe casi cualquier estilo.
El espacio -en el que necesitábamos introducir una cama doble, dos camitas infantiles y un rincón de trabajo- tiene dos condicionantes: la presencia de la escalera que da acceso desde la planta inferior y, como decíamos justo aquí arriba, una planta irregular en forma de L.
…está el rincón de trabajo. Se ha colocado aquí para aprovechar al máximo las horas de luz solar. Dado que se trata de un lugar de trabajo ocasional, únicamente necesitábamos un escritorio y una silla bien cómodos. Se ha escogido una mesa de madera maciza de caucho y acabado blanqueado que potencia aún más la sensación de luminosidad de esta zona de la estancia y, además, aligera el peso visual de la mesa (¡mide 120 cm!). Frente a ella, se ha colocado un bonito sillón con brazos, ruedas y tapizado en color verde.
Entre el escritorio y el área dedicada al dormitorio principal se ha colocado una cajonera a modo de espacio de transición. Se trata de un mueble de líneas rectas en el que se combina una estructura de madera pintada en blanco y de aspecto envejecido con unos frentes de cajón en lino de color natural. Transmite sensación de pureza y naturalidad a la vez que aporta un gran espacio de almacenaje compartido entre el rincón de trabajo y el dormitorio.
La zona de descanso está formada por una cama doble enmarcada por un precioso cabecero: la estructura es de madera maciza de mindi combinada con ratán trenzado en cannage (rejilla). Esta técnica también está presente en los frentes de los cajones de las mesitas colocadas a los lados de la cama y que realzan el efecto natural del cabecero. Se trata de piezas de líneas rectas, sencillas, depuradas: esto las hace atemporales y muy fáciles de introducir en dormitorios de cualquier estilo.
¿Y el cuarto de los peques? En el hueco de la escalera. Se ha construido colocando dos camitas de madera de aspecto “no tratada” dispuestas en L para aprovechar al máximo el rincón. Fíjate en ellas: se trata de un modelo apilable que te permite poner varias camas -una encima de la otra- y sacarlas únicamente cuando las necesites, ¡son muy muy prácticas!
El rincón se ha decorado colocando un montón de cojines sobre las camitas para darles volúmen y hacerlas visualmente más cómodas. Se han integrado colocando delante de ellas una gran alfombra de forma redonda que delimita el espacio de los peques y ayuda a zonificar. Un puf redondo en yute 100% y un cesto de mimbre cierran la zona infantil.