El resultado de este diseño de Samanta Fernández no puede ser más estiloso. Sobre una base de paredes y suelo blanco, se han añadido toques de madera a través de bonitos muebles, como un par de cómodas y unas mesillas de noche de líneas simples y sencillas, que acompañadas de ropa de cama de tonos tierras y un bonito cuadro de los mismos colores sobre el cabezal aportan mucha calidez.
Sin embargo, el punto focal de la habitación y la atracción de todas las miradas se lo lleva un original cabecero realizado con paneles de madera en negro. Un color que se repite en otros detalles más puntuales para no saturar, como unas modernas lámparas colgantes sobre las mesillas de noche, un bonito espejo de pie con el marco metálico en negro o un original tocador colgante, también con espejo en negro.
A pesar de tratarse de un dormitorio no muy espacioso, su decoración resulta muy elegante y sofisticada, a la altura de la de los mejores hoteles de lujo.
Las paredes en blanco ayudan a aportar esa luminosidad y sensación de amplitud que se necesita. Sin embargo, la combinación de negro y gris en la pared del cabecero es la que se lleva todas las miradas. Un simple cabecero tapizado en gris claro y un par de mesillas de noche lacadas en gris fumé se han enmarcado con un par de paneles de listones de madera en negro que delimitan la zona de descanso, pintada en un gris más oscuro. El resultado es muy elegante y sofisticado.
El resto de la estancia no necesita muchos más adornos, salvo pequeños detalles en dorado, en el marco del espejo, en los pies de las lamparitas de noche o en el aplique sobre el cabecero de la cama, para aportar sutilmente más sofisticación al conjunto.
La combinación blanco-negro se puede traducir también en un elegante gris, como el de esta propuesta de Livitum. Se ha usado una paleta de colores muy neutra en la que sobresale un bonito gris, usado para pintar una de las paredes, la principal. A partir de ahí se ha optado por una decoración repleta de materiales naturales, que le aportan mucha calidez, con líneas simples y sencillas en los muebles, para que resulte muy moderna.
Aquí el blanco también está presente, en las otras tres paredes y en la ropa de la cama, a la que se le han añadido toques de color ocre y grises para hacerla mucho más acogedora. Y, por supuesto, el negro que no falte. Aunque solo sea en pequeños detalles, como el marco de un espejo de pie y en la lámpara y en la butaca de una pequeña zona de lectura, creada junto a la cama.
Solo con dos colores, la diseñadora María Solbes ha conseguido crear un dormitorio cautivador, que desprende refinamiento y encanto en sus cuatro paredes. Algo tan simple como un cabecero de cama realizado con paneles de madera en negro puede resultar tan especial como en este proyecto. A partir de él se ha complementado la decoración con un par de mesillas circulares, también en negro, y con lámparas del mismo color. Mientras que el blanco, color elegido para las paredes, es también el protagonista de la ropa de cama. ¿Lo que cohesiona la decoración? Una original obra de arte abstracta que combina el blanco y negro imperante en toda la habitación.
No creas que ese binomio blanco y negro es exclusivo de los dormitorios de adultos. Una habitación juvenil también puede adaptarlos a su decoración. Echa un vistazo a este ejemplo, donde una de las paredes se ha revestido con paneles de madera en negro, a modo de arrimadero, para delimitar la zona de descanso y de trabajo, al tiempo que las convierte en protagonistas del espacio.
Para matizar la oscuridad del negro, se ha optado por incorporar algunas baldas de madera, así como un escritorio del mismo material. De esta forma, se consigue algo de calidez, y por supuesto, un plus de almacenaje.
Si al tándem perfecto del blanco y el negro se le añade la madera, el resultado no puede ser otro que acogedor con mayúsculas. Es ideal para un dormitorio, ya que consigues la sofisticación y la elegancia que quieres, sin renunciar a la calidez y el confort que este espacio necesita para hacerlo tu mejor refugio.
Este proyecto de Livitum es un claro ejemplo de ello. Una espectacular pared revestida de paneles de listones de madera es la protagonista de un dormitorio salpicado de muebles de madera con detalles en negro. El blanco por supuesto aparece en las paredes y en una bonita alfombra, que aporta claridad a la composición, mientras que el negro es el protagonista de la ropa de cama y de pequeños detalles que acaban de conformar la decoración.
La combinación blanco y negro es tan potente que en ocasiones no se necesita nada más. Puedes tener un dormitorio encantador apostando por el blanco como color principal y aportando pinceladas de negro en algunos detalles. Algo tan simple como en las lámparas de las mesillas de noche o en los cuadros de la pared. Añade otros pequeños toques de tonos tierra o grises a la composición y tendrás un dormitorio que, aunque simple de diseño, resulte acogedor.